La novena provincia

La necesaria reforma del Senado

La verdad es que han llegado a faltar hasta 212 senadores a las once de la mañana en mitad de un Pleno. Es necesario un Reglamento en el que se penalicen las ausencias. El que no trabaja, no cobra.

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LA NECESARIA REFORMA DEL SENADO

Una  foto con el Hemiciclo casi vacío ha sido protagonista estos días de las portadas de diversos diarios nacionales.

  La verdad es que han llegado a faltar hasta 212 senadores a las once de la mañana en mitad de un Pleno en el que PSOE y PP defendían la necesidad de de entrada de los nuevos senadores que, en la mayoría de los casos, vienen a ser políticos que han perdido sus elecciones o bien las ganaron pero los pactos han provocado su pérdida en las autonómicas o. incluso, en las municipales.

  En el caso de algunos de ellos es el lugar de refugio para estar aforados en casos de problemas. Véase el caso Griñán que ha estado hasta hace unos días.

El Senado, es cierto,  funciona a modo de "órgano de colocación" de dirigentes locales que han perdido poder autonómico, a saber: Alberto Fabra, José Ramón Bauzà, Pedro Sanz, Luisa Fernanda Rudi o Rita Barberá, del PP, que se suman a otros ex presidentes que ya fueron colocados, como los socialistas Marcelino Iglesias o José Montilla. Una suerte de cementerio de elefantes.

  Eso es, casi lo de menos, porque lo que debería ser es que aún siendo ese órgano de colocación, al menos, cumplan con su obligación de asistencia a lo que es su trabajo de representación de los ciudadanos porque lo que resulta totalmente impresentable es que la las 11 de la mañana de un Pleno del Senado, falten 212 senadores y que la única defensa que ellos mismos hacen ante esto es hacerlo a través de las redes sociales diciendo que estaban a las 11 de la noche que era  la hora de la votación.

  Es decir que van sólo a darle el botoncito y a la hora de darle a ese botoncito. Esto es lo que ha pasado, la realidad.
  Ante la denuncia de medios nacionales, se ha producido una avalancha de respuesta en redes sociales, fundamentalmente, en Twiter, que parece ser que es la que más le gusta a sus señorías, en las que se han defendido de estas acusaciones pero desde los diferentes sitios donde se encontraban y que, por supuesto, no se trataba del Senado.

  Antes de que se lleve a cabo, si es que se hace algún día, la reforma del Senado, lo que habría que hacer es un Reglamento del mismo en que se incluyera la penalización por ausencia y que eso revertiera en los sueldos de sus señorías.
  Si no vas, no cobras, amigo.
Algeciras a 10 de julio de 2015
Patricio González
 

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