Tuvo que decirlo y saltar la APDH, porque la pobreza extrema de casi la mitad de los andaluces es una burla a los derechos humanos, por supuesto. Pero tuvo que decirlo una autoridad, para que muchos medios se enteraran. O no. Para que, simplemente, lo informaran. Lamentable. No puede prosperar un país donde el nombre es más importante que el hecho. No puede prosperar científica ni culturalmente. Y, como tienen que inventar “ellos”, tampoco industrialmente; necesario acicate para que las “pobrecitas” empresas norte europeas y norte americanas puedan venir a vendernos sus lavadoras, cafeteras, frigoríficos, maquinaria, y abonos químicos, imprescindible elemento para el enriquecimiento de los ricos y paulatina desaparición de los pobres, en enfermedades de tratamiento carísimo, que también nos venderán los mismos fabricantes de abonos. No falta detalle. Todo muy bien estudiado. Y si alguien no está de acuerdo, hay “155” para todo. El Gobierno de Rajoy ya denunció a la Generalitat por impedir cortes de luz a familias sin recursos. Y ganó, porque la Constitución es sólo un libro en el Congreso, mientras el partido no necesite reformarla para beneficiarse y beneficiar a sus benefactores.
El 41,7%, más de tres millones y medio de andaluces, sufre exclusión social. No son pobres; no solamente son pobres. Esos llegan al 78’1%. Lo ha hecho público la Asociación Pro Derechos Humanos. Lamentable. Vergonzoso. Más lamentable y más vergonzoso, cada vez que un miembro o portavoz del Gobierno dice “se ha superado la crisis”. O se refieren a ellos, o no saben lo que dicen, o… Claro, así sí que la crisis ha pasado. Los bancos, después de absorber más de lo que falta para pensiones, después de cobrar hasta por mirar el rótulo y de despedir miles de personas, ya no tienen crisis. Ni las eléctricas, que ganan más que nunca. Y ahora les toca a las grandes constructoras-inmobiliarias, dispuestas a sumar varios miles más a los miles de viviendas vacías, que casi nadie las podrá pagar. Pero para eso está papá Estado, que las venderá a fondos buitres, porque venderlas o alquilarlas a las familias necesitadas a precios razonables, reporta más beneficio que darlas a esos fondos, pero entonces no se beneficiaría a tan “buenos amigos”. Evidentemente.
La APDH, esta vez con toda la razón, pide a Susana Díaz que ponga en los problemas andaluces, siquiera, el mismo interés que ha puesto en Cataluña, petición a la que es obligado sumarse. Si para un presidente/a de una comunidad, lo externo es más importante que el deber contraído cuando aceptó el nombramiento ¿para qué se quiere a ese/a dirigente? La falta de industria, de generación de recursos económicos, auspiciada desde el Gobierno con el silencio culpable de la Junta de Andalucía, ha mandado a tres millones de andaluces al infierno de la exclusión. La pobreza se ve, está en la calle, en los supermercados y en los contenedores de basura. “Hacerse los suecos” no es sueco, que allí se cuida bien el bienestar Y en los recibos de la luz y del agua, servicios imprescindibles, de los que todo el mundo debe estar cubierto. Aunque, claro, también son derechos constitucionales el trabajo y la vivienda. Y ya se ve.
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