Patio de monipodio

Noventa mil millones

Ya salimos de la crisis”, “Estamos saliendo”, “Ya mismo”. “¡Ya hemos salido!” El PIB ha subido… Ohú. A ver si caemos desde tanta altura...

Ya salimos de la crisis”, “Estamos saliendo”, “Ya mismo”. “¡Ya hemos salido!” El PIB ha subido…  Ohú. A ver si caemos desde tanta altura. La situación es formidable, si escuchamos al Gobierno y al cerrador de bancos, experto en creación de crisis. Con él quedamos tetrapléjicos cuando nos caímos del Guindo. El Gobierno se ha gastado en torno a noventa mil millones de euros (90.000) en rescatar a los bancos y (ya que estamos…) liquidar las cajas de ahorros. Y en tan “bonancible” ejercicio, la inversión en servicios, especialmente en educación y sanidad, baja a ras de suelo. Habrá que pensar que invertir en enseñanza sea contraproducente a corto plazo a los intereses de la casta dominante. Y ya que no están interesados en crear empleo, no invertir en sanidad puede reducir radicalmente las listas del paro.

Pues, a ver cómo. Noventa mil millones de euros se ha quedado la media docena de bancos que han permitido, además de cumplir el sueño de Botín, quedarse también, con las más de cien cajas de ahorros. Sólo han dejado dos pequeñitas, las más pequeñas, las que menos pueden hacer por su territorio, que es -era- la misión ideológica de las cajas, será como recuerdo arqueológico. Noventa mil millones había en la “caja de las pensiones”, la misma cifra -que casualidad- que los bancos han dilapidado en su enloquecida carrera de fusiones y reducción de entidades, oficinas y personal. “Todavía lejos de Europa”, dicen. ¿Todavía? No, cada vez más. Alemania, por poner un ejemplo, tiene más de seiscientos bancos y cuatrocientas cajas. ¡Menuda diferencia! Se ve que los Pirineos aumentan su extensión. Y lo que te rondaré. Ya preparan una “nueva oleada” y, ya con BMN engordando el resultado de Bankia, los grandes “analizan” cómo podrían quedarse, también, con Abanca, Ibercaja, Liberbank, Unicaja. Como no hay que sanearlos, mejor. Porque paralelamente piensan cerrar -de momento- más de dieciocho mil oficinas y despedir-destruir otros 84.018 puestos de trabajo. Hasta Cajamar es objetivo de los cazadores. Ahora quieren ir por las rurales.

Cualquier cosa antes que prestar un buen servicio. Al contrario, cuantas menos entidades, menos competencia y más duras pueden ser sus condiciones. Con menos personal las operaciones tienen que pasar, forzosamente, a los cajeros, los horarios cada vez más restrictivos. Y las entidades abultan más sus beneficios sin necesidad de vender dinero (conceder créditos y préstamos) salvo a los más íntimos. El servicio bancario se hace más deficiente en proporción directa al costo de realizar cualquier operación. A menor eficiencia, menor beneficio, “sobrellevado” con más cobro de comisiones y más acumulación de capital, vía absorción de los medianos. Y cuando queden tres o cuatro ¿qué pueden inventar? Pues dinero en la caja de las pensiones ya no queda… Y eso que con cuatro bancos no va a haber puesto para todos los cesantes. Es un “servicio desinteresado”. Para eso están los “patriotas” PP, PSOE, Cs, a quienes no deben doler los cientos de miles de despidos, más carga, menos ingreso a la Seguridad Social y menos puestos de trabajo futuros. Tendrán que agradecérselo ahora. En Panamá. ¿O mejor en el Paraíso?

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