Patio de monipodio

¿Ley o justicia?

Sin duda, aquella célebre frase del célebre alcalde fue un error. Sin duda. La Justicia es algo demasiado serio...

Sin duda, aquella célebre frase del célebre alcalde fue un error. Sin duda. La Justicia es algo demasiado serio. Aunque parezca que no siempre se la toman en serio sus responsables. O quizá el problema es llamar “Justicia” a aplicar leyes.¿Qué leyes? ¿Las que impone el Gobierno para “la plebe” o las que luego se aplican a sí mismos para saltarse las primeras? Por ejemplo, con el tráfico ó la que les permite embargar saldos de cuentas bancarias, para facilitar su voracidad recaudatoria y de los ayuntamientos. Tiembla el cuerpo de rabia y las leyes hasta derrumbarse, cuando se echa a la calle a ancianos, niños y enfermos con dificultades económicas para hacer frente a la hipoteca o al alquiler, ó para derribar una casa por estar construida en terreno “no urbano”, pese a hallarse en trámite de legalización. Justicia es lo justo; la ley es cambiante y cambiable. Y admite interpretaciones, como demuestran diariamente distintos tribunales.

Pero, sin duda, el llamado “cumplimiento del deber”, insensibiliza, desconciencia, insolidariza. Por encima está la Constitución, pero a esa pobre nadie le hace puñetero caso. A nadie le tembló el pulso, ni a los firmantes de la orden, ni a los encargados de ejecutarla, pistola y porra en mano. Ni el Ayuntamiento ni el Alcalde de Málaga, tan listo para combatir a otras ciudades, y tan poco dispuesto a defender la suya, como puede verse. Nadie sintió vergüenza por ignorar gravemente los artículos 10 y 47 de la Constitución, al poner en la calle a un padre disminuido, a un niño de dieciséis meses y un joven con parálisis cerebral. Ni toda la canalla política ha sentido pudor, al incumplir la Ley máxima, ni los obedientes encargados de la ejecución han tenido en cuenta su derecho a negarse a cumplir órdenes que repugnen a su conciencia, como en Sevilla los bomberos se negaron a derribar puertas para ejecutar desahucios. Será porque primero tendría que repugnarle cumplirlas. Ante las imágenes emitidas por la TV de la Junta (“ladellos”) es obligado pensar que se les escapó, o estaban practicando populismo, para disimular tan deplorable desafuero (en su segunda acepción, que conste).

¿Dónde tienen la conciencia autoridades, responsables, funcionarios…? La Ley se puede y se debe aplicar con sensibilidad social, lo han reconocido prestigiosos juristas. El derribo de la única vivienda de una familia, no puede hacerse para “ejemplarizar”; es decir, para meterle miedo en el cuerpo a los demás vecinos de la zona, porque el derecho a la vida y a la vivienda están por encima de todos los demás, y porque en vez de miedo a lo mejor en esos cuerpos meten rabia, que dé fuerzas para enfrentarse a tanta falta de sensibilidad y de decoro.

Tampoco parece haberse tenido en cuenta en Málaga la expectativa, pues la legalización está en trámite, por la que el Ayuntamiento ya ha percibido pagos a cuenta de los vecinos. Ni se ha tenido en cuenta que la Ley que declaraba protegido el paraje, es posterior a la construcción de las viviendas. Quienes tienen asegurado el sueldo y, con él, su propio techo, han metido la excavadora, que, sin embargo, ni osa acercarse a los chalet ilegales (no primeras viviendas) de la “milla de oro”. ¡Qué “casualidad”!

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