Nos cuesta mantener una relación. Creo que más bien nos cuesta valorarla. No apreciamos lo que tenemos. Tampoco el daño que podemos llegar a causar a esa persona. La palabra relación a día de hoy se puede decir que se ha perdido. Que hay muchos jóvenes que les da miedo pronunciarla. Creo que no supone nada fuera de lo común. Nada extraño que atañe a lo formal. Ahí está el problema, en la seriedad que esta supone. Pero no solo seriedad, también respeto hacia la otra persona, entrega, compromiso. A todos nos han contado nuestros abuelos que se veían a escondidas, que no podían darse un beso en público o que coger de la mano a esa persona no podías hacerlo hasta el matrimonio. Pero a todos nos encanta ver todos los años que llevan juntos. ¿Cómo duran tanto y ahora las relaciones se hacen añicos en tan poco? Quizás asuste la palabra compromiso a la gran mayoría de jóvenes, que prefieren ir de flor en flor, besar cada noche una boca o probar cada mes distintas camas. Y además, dentro de su grupo de amigos, son los triunfadores. Pero... ¿qué sientes al ver parejas tan felices de la mano? Hay momentos en que necesitas encontrar tu media naranja, que necesitas terminar el puzzle de tu vida haciendo encajar a la persona adecuada en ese hueco que aún está vacío. Está claro que no es necesario buscar porque el destino nos pone a las personas en el camino. Pero eso sí, tened claro que cuando la encontréis, no podéis dejarla marchar.
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