Aún sigo preguntándome por qué. Por qué seguimos pensando en qué pensará el resto. Cada uno es libre de actuar, de decidir, de reflexionar, de vestirse, de sentir como quiera. Cada uno debe ser el encargado de buscar su propia felicidad. Quizás tu felicidad no se equipare a la del resto de personas y no por ello tienes que dejar de intentar alcanzarla. Nada ni nadie debe frenarte. La vida son dos días y uno, lo malgastamos en cosas sin sentido. Lo malgastamos de tal forma, que cuando queremos volver atrás, nos damos cuenta de todo el tiempo que hemos perdido lamentándonos y creyendo que así éramos felices, viviendo por y para la gente, sin saber que la gente, también tiene su vida para tener que preocuparse. Las personas van y vienen y nadie va a quererte más a ti que tú mismo. Por eso empieza por ti, empieza por ser al cien por cien feliz. Empieza por sentirte orgullos@ de ti, de cada uno de tus actos. No tengas miedo por nada, tan solo estás en busca de la felicidad. Y quién sabe si la puedes encontrar a la vuelta de la esquina. Por eso mismo tienes que estar preparado para recibirla de la mejor manera posible. Y esa manera, la decides tú. En el mundo hay millones de personas, millones de sueños por cumplir, infinitos caminos para llegar a ellos, pero solo una forma de llegar a la felicidad: siendo uno mismo.
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