No sabemos qué pasará mañana. Tampoco sabemos qué ocurre en este preciso instante. Somos ignorantes por naturaleza. No queremos saber de nada, tan solo de aquello que nos interesa. Miramos a otro lado cuando no nos gusta lo que vemos. Y así todo. Y así, no hacemos nada. Como siempre. ¿Por qué no sabemos apreciar lo que tenemos? ¿Por qué no lo cuidamos? Es tan fácil como mimar todo nuestro alrededor, lo demás llegará solo. Siembra, que en un tiempo recogerás, pero no pretendas recoger sin sembrar.
No pretendas poner amor donde hay guerra si la única solución que estamos dando son bombardeos. No pretendas erradicar el hambre mientras el fútbol mueve millones en fichajes de jugadores. Y entiendo que todos no podemos pensar igual, pero no puede ser que unos tengan tanto y otros tan poco. No puede ser que algunos siembren el miedo y que otros se aprovechen alzando la voz a favor del independentismo.
Ahora mismo es tiempo de hacer unión, de querer ser, de saber que nadie debe impedirnos ser libres y ser quien verdaderamente queremos ser. Nadie puede cortar tus alas para evitar tu vuelo. Pero sabiendo que seguimos en la tierra. En este preciso momento y no en un futuro no muy lejano. Porque da miedo pensar todo lo que viene, pero mientras pensamos en un futuro, el presente se nos escapa de las manos. Tan efímero y tan letal a la vez.
Porque el hoy no debería saber del mañana y el mañana no debería saber tanto a presente. Está en ti, está en todos nosotros disfrutar de este preciso instante, sin miedos, sin preocupaciones. Si no lo valoras tú, nadie lo va a hacer por ti. Nadie va a saber aprovechar todo eso que te pertenece mejor que tú. Así que vive. Vive y deja vivir. Hoy, mañana y siempre.
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