Como cada año, vuelven a llegar unas fechas entrañables, unas fechas que en cada familia se viven de una forma distinta. A mí me encanta la Navidad, no voy a negarlo, pero sí que es cierto que, a veces, me intento plantear por qué no conservamos ese espíritu navideño durante todo el año. Son fechas de comidas y cenas familiares, de empresa, de amigos invisibles, de regalos, de mensajes, de reencuentros… ¿Por qué no podemos organizar una cena de empresa o familiar en cualquier mes del año? Si a fin de cuentas lo importante es reunirse, convivir, pasar un buen rato rodeado de tus más allegados. ¿Por qué tenemos que ceñirnos a unos regalos materiales? Quizás el mejor regalo que puedes tener lo tienes delante de ti en forma de persona y no sabes apreciar todo lo que te hace falta en tu día a día. Que no hace falta esperar a días marcados en el calendario por los comercios para tener un pequeño detalle, cualquier día puede ser bueno para regalar una sonrisa. Pedimos tanto y en el fondo deseamos tan poco que se nos olvida dar un verdadero valor a lo que tenemos. ¿Por qué no podemos tener todo el año nuestra casa decorada? ¿Por qué solo las luces alumbran las calles en la Navidad? ¿Por qué tantos mensajes de texto felicitando las Navidades a personas que ni siquiera te acordaste de ellas en todo el año? Quizás la fecha te ‘obliga’ a hacerlo. Pero no hay nada mejor que un mensaje sincero, unas letras que puedan ser enviadas en cualquier fecha, sin importar que sea Navidad. ¿Por qué esperamos a estas fechas para que se produzcan los reencuentros? ¿Hay una norma que lo regule? Vamos a intentar salir de nuestra zona de confort. Os invito a vivir estas navidades tal y como la lleváis viviendo desde hace años, pero también os invito a mantener esas ganas, ilusión, deseo de hacer las cosas bien, cariño y amor durante el próximo año que viene. Os invito a ser cada día mejores y así, solo así, encontrar la mejor versión de vosotros mismos.
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