Parando letras

Es necesario tocar fondo

Tenemos que sentir qué es tener el agua al cuello, vernos obligados a resistir si no queremos fracasar en el intento

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Todos los pozos tienen su fondo. Y a veces es necesario tocarlos para tomar impulso. A veces es hasta imprescindible compartir cuerda para salir de ahí. Quién no toca fondo,  nunca llegará a saber cuáles son sus limitaciones. Cuáles son las debilidades que le hacen bajar la guardia, tirar la toalla, venirse abajo. Tenemos que sentir qué es tener el agua al cuello, vernos obligados a resistir si no queremos fracasar en el intento. Porque muchas palabras intentarán frenarte, pero tú eres más fuerte que todas ellas. Y mientras algunos se quedan en el intento, tu confías en volver a ver la luz. Porque nosotros somos los que caemos y luego miramos si hay alguien que nos vio caer. Que no importa, que a veces los golpes son los que nos enseñan a resistir, a seguir firmes en un futuro. Quién se ríe de tu caída, no sabe que siempre cambian las caras de la moneda. Y puede hacerle falta tu ayuda en su próxima caída, quién sabe. Tenemos que darnos de bruces, rompernos por dentro y volver a reconstruirnos, pero esta vez, de un material resistente. Somos los que fuimos heridos con balas de guerra pero no abandonamos. Somos los que estamos repletos de cicatrices y tenemos ganas de marcar. De dejar nuestra huella por cada tierra nueva que pisamos. Que alguien te diga no y tú sigas pensando que sí. No estar de acuerdo en nada, pero sobretodo con nadie. Porque todos somos distintos y hemos venido a este mundo a aportar diversas ideas con las que salir a flote, el problema es que no sabemos construir el salvavidas. Por eso tuvimos que aprender a nadar en este mar de lobos que tan solo pretenden ver que te hundes. Mientras tú resistes, entre lágrimas que ahogan tus dudas, entre besos que afloran las ganas, entre porqués que limitan tus acciones, entre silencios que hablan a oscuras. Suerte que tenemos siempre a alguien dispuesto a tenderte los brazos. Porque por muy solitario que pueda llegar a parecer nuestro camino, puede que la solución a todos tus problemas la encuentres en un quién y no en un dónde. No sé cuánto de profundo puede llegar a ser tu pozo, ni cuánto hace que ahí entraste, pero si el plan A de escape no funciona, pasa al plan B.

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