Parando letras

A ti, futuro

Verás en todo lo que te estamos convirtiendo. Que solo quedan diversos 'ojalá' y 'supongo' en el camino porque se han llevado todas nuestras certezas

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Querido futuro: Tú que me lees desde la distancia, desde unas letras que aún están por escribirse, desde un lugar desconocido o tal vez derruido. Porque al paso que vamos, no sé si nos huyes o somos nosotros los que nos estamos alejando de experimentarte. Tú que me hablas teniendo conciencia de dónde pueden llegar las cosas, sabiendo en lo que nos podemos convertir. Te pido que tengas paciencia, sé que algún día llegarás e intentaré que sea en las mejores condiciones. Mañana serás presente, aunque eso no importa. Porque tú siempre me cambias los planes y las perspectivas; eso es lo que más me gusta de ti. Mañana verás que el ayer se ha llevado por delante todo, incluyendo nuestras ganas. Verás en todo lo que te estamos convirtiendo. Que solo quedan diversos 'ojalá' y 'supongo' en el camino porque se han llevado todas nuestras certezas de que seamos capaces de hacer algo por sí solos. Ya no confiamos en un futuro esperanzador, porque nuestro mundo nos está auto-destruyendo. Niños superando a la figura del padre, madre, arrebatándole el poder de educación; dinero comprando felicidad en cualquier esquina o en paraísos fiscales; kamikazes atentando contra la libertad de un mundo repleto de injusticia, desigualdad de creencias e ideologías que acaban en maltratos. Cada vez nos ayudamos menos y pedimos más. Que aún no hemos aprendido la lección. Para recibir primero tenemos que dar. Y no vale cualquier cosa. Si cosechamos, siempre recibiremos. Porque un fruto crece después de que la lluvia y el sol den las condiciones necesarias para que surja. Porque la vida está hecha a prueba de bombas y no podemos encerrarnos en nosotros mismos por miedo a no recibir lo que esperamos. A veces tan solo basta con dejarse llevar, con dar lo que la vida te vaya pidiendo. Y siempre pide que vayamos al compás de sus días. Porque futuro, no sé que será de ti mañana. No sé cuántas letras escribiré, ni desde dónde me leerás, lo que tan solo sé es que lo que hagamos contigo en presente, determinará tu forma de ser con nosotros. 

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