Palabras en Libertad

El PP, camino de ser AP

Todo se quiebra en la derecha y de todo ello emerge Rivera con un fuerte impulso

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Las encuestas señalan un fuerte crecimiento de Ciudadanos.  La de Metroscopia le da ventaja sobre los dos grandes partidos. En los días de su fundación, Podemos también alumbraba las encuestas desde posiciones de privilegio y en alguna de ellas se situaba como primera fuerza. Pero el caso es distinto. Ciudadanos ya tiene más de una década de historia, tiene grupo parlamentario propio en autonomías y grupos en los ayuntamientos de mayor relevancia. Tiene una estructura territorial homogénea y, salvo casos excepcionales, una práctica basada en disciplina general propia de los partidos bien organizados y unidos.

Podemos se hunde en el abismo, pero cuando ocupaba puestos de cabeza lo hacía, no como ahora, tras una convulsión movilizadora y una pulsión fuerte de cambio alimentadas por el 15M y los efectos más sangrantes de la crisis. Difícilmente se dará una circunstancia igual antes de las próximas elecciones generales. Además, el desgaste del liderazgo – el elemento fundacional de Podemos –es contundente, su estructura ha estado sometida a purgas y crisis territoriales, y los personajes de mayor protagonismo social han sido borrados de la foto con el mismo entusiasmo con el que fuere incluidos en ella.

Estas son las dos fuerzas de la nueva política. Una ascendente – así ha quedado claro en Cataluña-, y otra descendente – así ha quedado claro en Cataluña-.

Los votos de Ciudadanos provienende todos los demás: todos transfieren a Ciudadanos parte de su electorado. Incluido Podemos. El principal granero, el PP. Pero el nuevo PSOE entrega a sus votantes más moderados a las papeletas de Rivera mientras sus líderes más inteligentes lo llaman falangista.

En este mar de movimientos telúricos bajo los pies de los políticos, despunta por su interés, una vez más, el comportamiento de Rajoy. En sus filas demandan un cambio de gobierno para hacer “más política” pero el presidente parece ignorar el significado de semejante idea, así que mantiene un gobierno con un perfil tan fino que es invisible. El Gobierno no tiene presupuestos ni se les espera; la fricción con Cs se alimenta desde los sectores más patrióticos del PP mientras los tribunales siguen llamando como ‘investigados’ a sus dirigentes. Todo se quiebra en la derecha y de todo ello emerge Rivera con un fuerte impulso. Mientras, Podemos y PSOE parecen inmersos en la Guerra de los Rose a ver a quién le corresponde el privilegio del colgarse de la lámpara.

Parece que estamos en un bucle espacio-tiempo en el que una distorsión histórica ha vuelto del revés el precedente: el PP va camino de ser la peor AP y Ciudadanos está a punto de convertirse en la mejor versión del suarismo de UCD, en un nuevo momento de crisis política e incertidumbre institucional. Curioso, ¿no? Veremos

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