Palabras en Libertad

Desvaríos nacionalistas y campañas orquestadas

Todo sigue igual, aunque tenga apariencia de ser diferente

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Comienza el curso como acabó. Pero con dieciséis ciudadanos muertos en las calles de Barcelona y Cambrils víctimas del terrorismo yihadista de Daesh. En lo demás, lo mismo. El Pleno fantasma de la corrupción, el referéndum secesionista, las ya habituales denuncias sobre el mal funcionamiento de la sanidad andaluza y una previsión de moción de censura parlamentaria para desalojar a Rajoy de la Moncloa.

Todo sigue igual, aunque tenga apariencia de ser diferente. El PSOE ha escalado posiciones en su acercamiento a Podemos y Podemos ha renunciado a presentar al PSOE como el enemigo en casa al que hay que abatir. El escenario de Pedro y Pablo que aparenta estabilidad en la izquierda.  Mientras, los socialistas siguen con el debate interno: la hora de las regiones y provincias, o de las naciones: todos somos una nación, que diría el candidato madrileño al liderazgo del PSOE-M, en lectura consecuente con el discurso plurinacional de los sentimientos.

El PSOE se renueva en los liderazgos y desaparecerán personajes de enjundia, como Javier Fernández, y se abrirán debates entre los propios ganadores, como el caso de Cantabria, donde el afán devorador no conoce de políticas, sino de ambiciones de poder. Los malos ya no son solo los ‘susanistas’ sino los que impiden mi victoria personal, podría decirse. Ahí está de ejemplo la vieja FSM de tantas desdichas, con seis candidatos.

Pero hay una clave real del tiempo político que de verdad tiene trascendencia: ¿Qué harán unos y otros ante el 1-O, que harán durante el 1-O y qué harán después del 1-O? La integridad de nuestro estado al borde del abismo no es materia suficiente de acuerdo entre quienes no comparten el dislate secesionista. Los políticos aún no han dado muestras de contención en lo particular y de generosidad en lo colectivo. Solo hay una respuesta posibleante el referéndum: la unidad política constitucional. Sin más. Después, ya hablaremos. Ya parlarem.

En Andalucía vuelve la ya tradicional y anual campaña contra la sanidad pública, el espirimanismo se multiplica. Un nuevo médico triunfa en las redes de la derecha y los incautos. La estrategia es desvelada por la presidenta: diezmar el crédito de la pública y recabar apoyo a la privada. Lo hicieron en Madrid y el desastre fue evidente. Pero el ataque no es ingenuo: responde a los principios del PP. Moreno Bonilla ya tiene una causa.

Lo importante es saber cómo se gestionan las campañas que cambian la percepción de la opinión pública. No me cansaré de decirlo: mientras el médico estrella de la causa de Bonilla se extiende por la Red, la presidenta contesta en Canal Sur Radio. La efectividad solo reside en que otros medios lo reboten.

El tiempo que se abre no deja lugar a dudas: la comunicación es el sostén de la opinión, y el trabajo de saber contar lo que pasa adquiere mayor relevancia. Y hay que hacerlo donde está la gente, no donde estamos más cómodos. El paradigma de la información y la comunicación ha cambiado: las nuevas generaciones no responden al anterior. Sin actuar en consecuencia, nada es previsible.

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