Bajo el título de “El peligro y el sueño (La escuela poética de Albacete (2000 – 2016)”-, se edita esta atractiva antología,donde se recoge una muestra lírica de 28 poetas que han ido forjando su obra en esta tierra castellana.
“Algo ha ocurrido en estos últimos tiempos en la poesía escrita en Albacete. Un número inédito de creadores de gran coherencia y proyección han ido abriendo sus puertas a la poesía del siglo XXI en lengua española”, anota Andrés García Cerdán al hilo de su prefacio. El propio García Cerdán, responsable de la selección, añade más adelante: “Escribir desde provincias debe admitir hoy en día una lectura absolutamente positiva, en tanto implica dos elementos fundamentales para el proceso creativo: la independencia y la crítica. El poeta que escribe desde Albaceteno responde a otra presión que la del propio poema”.
En esta compilación, aparece representado un grupo heterogéneo y abundante de autores nacidos en los años 60, 70 y 80, exceptuando al benjamín del grupo, Javier Temprado (1992).
El volumen se abre con Arturo Tendero (1961) y, a éste, le siguen: Rubén Martín Díaz, Javier Lorenzo Candel, Constantino Molina Monteagudo, Andrés García Cerdán, Antonio Rodríguez Jiménez, Mercedes Díaz Villarías, Ángel Javier Aguilar Bañón, María R. Moreno Molina, León Molina Pantiga, Luis Martínez-Falero, Ana Martínez Castillo, Juan Carlos Gea, Vicente Cervera Salinas, David Sarrión Galdón, Julián Cañizares Mata, Matías Miguel Clemente, Miguel Úbeda, Lucía Plaza Díaz, Valentín Carcelén, Ángel Antonio Herrera, Frutos Soriano, Francisca Gata Amate, Pedro Gascón, Juan García Rodenas, JaufréRudel y Gracia Aguilar.
La variedad de estéticas y la plural propuesta que presenta el florilegio justifica, con creces, la necesidad de llevar a cabo esta lírica empresa. La ironía, el compromiso, el neobarroquismo, el realismo, el silencio, lo experimental, el humanismo, lo vanguardista…, se dan cita en estas páginas. Y, todo ello, tamizado por una causa común: el preciso uso del lenguaje y la elasticidad de una semántica que remite a una forma de hacer personal y solidaria.
La antología se completa con un frontispicio de Antonio Gamoneda, y los lúcidos epílogos de Luis BaguéQuílez, Pablo García Casado, Carlos Alcorta, Dionisia García, Javier Lorenzo, Javier Sánchez Menéndez,Antonio Lucas y Carmelo Guillén.
Este último, anota: “Si la llama de la poesía se mantiene viva tal como se presenta actualmente, de seguro que el panorama de la poesía española tendrá su amanecer por Albacete”.
Mientras que Antonio Lucas escribe: “Lo que estas páginas acogen exactamente no es una reunión de poetas, sino un despliegue de poéticas en marcha que se apuntalan y se niegan. Ahí está el don de su intensidad. La revelación de su fortuna”.
En suma, una antología que sirve -y servirá- de imprescindible referencia para todo aquel que quiera conocer de cerca la fecunda y original poesía albaceteña de este nuevo siglo.
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