Notas de un lector

Las hadas de Ángela Carter

Con la certera traducción de Consuelo Rubio Alcover y el esmero con que este sello da a la luz sus volúmenes, el lector tiene ante sí una joya literaria

El D.R.A.E. define a las hadas como, “Seres fantásticos que se representaban bajo la forma de mujer, a quienes se atribuían poderes mágicos y el don de adivinar el futuro”.
La literatura de este pasado siglo está repleta de libros protagonizados por estas mágicas féminas.Algunas, tan dulces y amables como el caso de Campanilla -la fiel aliada de Peter Pan- y otras, tan inquietantes y míticas, como La FataMorgana, hija del rey Avallach y mandataria de la Isla sagrada de Avalon.
La poesía, también ha dedicado muy diversos homenajes a estos atractivos personajes, tal es el caso del poema de Rubén Darío, “La copa de las hadas”:¿Fue en las islas de las rosas,/en el país de los sueños,/ en donde hay niños risueños/ y enjambre de mariposas?/ Quizá. /En sus grutas doradas,/con sus diademas de oro,/ allí estaban las hadas”.

Es característica común en las historias de hadas que se narren aventuras que tengan que ver con el mundo natural y sobrenatural, y donde héroes y antagonistas se repartan por igual el protagonismo. Así, pues, príncipes, princesas, duendes, ogros, madrastras, gigantes, enanitos, dragones, aves.., son arte y partehabitual de este atractivo puzle feérico y sugeridor.

     La reciente edición de “Cuentos de hadas” (Impedimenta. Madrid, 2016), de Ángela Carter, ha traído hasta mí la remembranza de muy gratos instantes de lectura infantil y adulta, en torno a este bello ámbito género.
Con la certera traducción de Consuelo Rubio Alcover y el acostumbrado esmero con que este sello da a la luz sus distintos volúmenes, el lector tiene ante sí un verdadera joya literaria.
Hay que advertir de que, como señala la nota editorial,los relatos aquí compilados “no son para niños. En ellos encontraremos sangre, humor, sexo y muerte. No hay princesas ñoñas ni hadas maravillosas, sino jóvenes astutas, ancianas taimadas, chicas malas, hechiceras, parteras vengativas, mozas ladronas, novias rastreras, madres, hijas y hermanas raras”.

    En su introducción, Angela Carter justifica el hecho de que tanto ella como otras mujeres se afanaron en buscar heroínas de cuentos de hadas, porel deseo de reivindicar para sí -y para ellas- la parte equitativa del futuro y del pasado que les correspondiese.

     Junto ese anhelo de justicia y solidaridad van sucediéndose estos relatos que aparecen divididos en trece apartados: “De valientes, atrevidas y tercas”, “De mujeres listas, chicas con recursos y tretas desesperadas”, “De tontos”, “De chicas buenas y adónde van”, “De brujas”, “De familias infelices”, “Cuentos con moraleja”, “De mentes despiertas y artimañas rastreras”, “Tramando maldades: de nigromancia y de malas pasadas”, “De gente guapa”, “De madres e hijas”, “De mujeres casadas” e “Historias útiles”.

     La procedencia de las historias es también amplia,  y así,las hallaremos de países tan distintos como Alemania, Inglaterra, Irak, Noruega, Rusia, India, Togo…, lo que ayuda, sin duda, a aumentar el valor de esta hermosa y grata recopilación.

Este 2017, coincide con el vigésimo quinto aniversario de la muerte de Angela Carter (Estaborune, Sussex, 1940 – Londres, 1992), que dejó no sólo este bello y mágico legado, sino también una serie de muy notables novelas, como“La pasión de la nueva Eva” (1977) o “Noche en el circo” (1984) y algunos destacados volúmenes de relatos, “La cámara sangrienta” (1979) y “En compañía de lobos” (1984).

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