Perplejo

No acostumbro a ver los sábados por la noche la televisión más allá de Informe Semanal, que sigue siendo periodismo de referencia y siempre aporta. Pero el pasado sábado hice excepción y, casi sin pestañear, me tragué el programa de Tele 5 hasta que el sueño me venció.


  En una cadena donde el morbo y el dudoso gusto se ha convertido en banderín de enganche según la hora en que se sintonice, no era de extrañar que antes o después desfilase por ahí el celebérrimo Francisco Nicolás Gómez Iglesias, por todos conocido como el “Pequeño Nicolás”.
  Vino a contar su supuesta verdad. Y yo me quedé perplejo. Cuesta creer que un veinteañero con pinta de lo que verdaderamente es, un universitario que va y viene capeta en mano, se haya colado allí donde es prácticamente imposible y se haya codeado con lo más granado de la vida social y política de este país. Como el “Mocito Feliz”, pero con traje y corbata.


  Viéndolo y oyéndolo resultaba difícil concretar dónde comenzaba la realidad y dónde lo ficticio de un testimonio repleto de datos, fechas y nombres. Una historia que ha salpicado como una onda expansiva a casi todo el mundo. Desde el más grande al más chico. Y ahora entre aquellos con quiénes un día el susodicho se retrató en una foto, se ven obligados a dar respuestas y hacer esfuerzo de memoria, para tratar de explicar algo que para muchos de ellos es inexplicable.
  En un país, el nuestro, donde la picaresca es género literario, su historia podría encajar bajo ese prisma y quedar en anécdota propia de la sección de los fósforos de Carlos Herrera. Pero no, el asunto de simpático tiene más bien poco y al chaval le van a llover las responsabilidades a cascoporro, porque con tanto nombre que ha salido a la palestra en medio de esta rocambolesca historia ya hay quienes desmienten, desdicen, contradicen, niegan y tildan de fantasioso o fanfarrón a quien ha protagonizado la historia surrealista del año.


  Parece ser que Santiago Segura ha mostrado interés por hacer de su historia una película, y de historias como la suya nuestro cine rebosa. Lo pienso, me entra la risa floja y parafraseando a la niña pequeña de un famoso video reciente de esos que pululan por el whatsapp...madre mía...la que ha liado el pollito...

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