El Dépor

Sus pasos nunca han atravesado la Plaza de María Pita. Tampoco ha alcanzado a divisar el infinito del Océano Atlántico a los pies de la Torre de Hércules ni se ha comido un pulpo en cualquiera de los bares de su paseo marítimo. Jamás ha estado en La Coruña, ni en cualquier otro rincón de Galicia, pero desde pequeño se hizo seguidor del Deportivo y ahora que es mayor lo sigue siendo, o al menos eso parece. Aunque tuviera oportunidad de verlo jugar en cualquier partido contra un equipo andaluz, nunca lo hizo y eso que ocasiones tuvo de sobra. El pasado domingo y a modo de anticipado regalo de Reyes mi hermano tuvo la suerte de ver jugar al Dépor en La Victoria. Años atrás la mañana del seis de enero amanecía con alguna equipación del Deportivo, alguna bufanda o mochila que los Reyes – que por algo son magos- le habían traído. Este año el calendario de la liga de fútbol profesional quiso que el regalo además de ser mayúsculo fuera auténtico.


  Ser del Deportivo de La Coruña en Jaén es cómo si eres un pelotari vasco nacido en Almería, que por poder se puede, pero no es lo normal. Mi hermano desde pequeño era deportivista y no es el único. Aquel Súper Dépor de los noventa hizo que él y algunos amigos más se hicieran seguidores del equipo coruñés, haciendo que las camisetas blanquiazules con la clásica publicidad de la leche Feiraco se dejasen ver en más de uno a la hora del recreo en el colegio. Recientemente amigos de La Coruña vinieron por Jaén y les conté esto que Paco Gandía no dudaría en insistir que era un caso verídico. Ellos no terminaban de creérselo y acabaron emocionándose al recordar un tiempo mágico que vivieron gracias al fútbol y una hornada de futbolistas que marcaron un tiempo que no olvidamos. Ahora el Deportivo no es el mismo, pero sólo mencionar su nombre nos recuerda que es un histórico de nuestro fútbol y en su camino actual la suerte ha querido que se cruce el de nuestro Real Jaén en un año en el que ellos no se conforman con otra cosa que no sea subir de categoría. Y nosotros con permanecer y seguir disfrutando este sueño que estamos viviendo, ya tenemos suficiente. Hace relativamente poco no hubiéramos creído que podríamos jugar contra el Deportivo de La Coruña en igualdad de condiciones. Mi hermano ahora ha podido cumplir la que ha sido una de sus ilusiones desde niño, y además por partida doble pues ya en octubre con el corazón dividido… o quizás no tanto ( porque al fin y al cabo es abonado del Real Jaén) vio eliminar al Deportivo en la Copa del Rey en plena Feria de San Lucas. Eso seguro que no se olvida. A mí tampoco se me olvida aquella noche de un miércoles en el que vi cómo seguidores del Dépor con sus camisetas se hermanaban con nosotros en las casetas de la Feria aunque les hubiéramos ganado.

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