Motor

El olor de los coches nuevos no es producto de la casualidad

Hasta cuatrocientas pruebas de olor al año llegan a hacer los especialistas de las compañías automovilísticas antes de sacar un nuevo modelo

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  • Coche. -

Con el objetivo de ofrecer una sensación confortable y agradable al entrar en el coche, los principales fabricantes de vehículos han introducido en sus equipos especialistas cuya principal herramienta de trabajo es precisamente la nariz. En un momento de crisis, en la que los consumidores no han recuperado totalmente la confianza, las grandes compañías del motor apuestan por cuidar hasta el más mínimo detalle para atraer a los clientes. De hecho, según los últimos estudios, es en Europa donde ha subido más la media de vida de los vehículos, en concreto en nuestro país, esta media se sitúa en los 10,2 años, mientras que tan solo hace ocho años, en 2008, la vida media estaba en los 7,2 años. Un gran contraste si se compara con las cifras de países como China, donde los vehículos se suelen sustituir cada tres o cuatro años. Si quieres vender tu coche, puede ser una buena idea seguir el ejemplo de estas empresas y cuidar el aroma del interior del vehículo para que resulte más atractivo a los compradores potenciales.

En Seat, un equipo compuesto por químicos realizan cerca de 400 pruebas al año para conseguir el característico olor de los coches al salir del concesionario. Uno de estos experimentos consiste en calentar el vehículo por encima de los sesenta grados centígrados para posteriormente evaluar cómo huelen los materiales que conforman el interior al entrar en el coche, ya que el calor facilita la diferenciación de los olores. Si, tras estas pruebas, se detecta que algún material desprende un olor demasiado penetrante o desagradable se activa un protocolo para intentar sustituirlo. Para llevar a cabo este tipo de estudios, que aunque se iniciaron en la década de los noventa se han visto potenciados en los últimos años, los especialistas deben tener entrenadas sus aptitudes olfativas de forma similar a la de los catadores de vino, evitando los perfumes, el tabaco o cualquier sustancia cuyo uso pueda distorsionar la percepción de los olores. Detalles como el olor a piel de la tapicería que los clientes notan de manera casi inconsciente suponen un extra que aumenta la calidad percibida del vehículo y que puede suponer un importante empujón en las ventas.

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