Moda

El trabajo de unas monjas de clausura de Huelva triunfa en las pasarelas internacionales

Son el principal activo de la firma Maria Ke Fisherman, que tomando de base el trabajo artesanal de ganchillo de una congregación de Cumbres Mayores, da forma a unas prendas de corte futurista que triunfan en el mundo y que han lucido artistas como Katy Perry o Lady Gaga

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  • Prendas de ganchillo -

Se le llama seis grados de separación a la hipótesis que intenta probar que cualquiera en la Tierra puede estar conectado a cualquier otra persona del planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios, conectando a ambas personas con sólo seis enlaces. En este caso sólo hace falta un eslabón para conectar a una congregación de monjas de clausura de la Sierra onubense con personajes tan dispares y mundialmente conocidos como Miley Cirus, Lady Gaga, Katy Perry, Puff Daddy o Lindsey Lohan. Se trata de la firma de moda Maria Ke Fisherman, que tomando de base el trabajo artesanal de ganchillo de estas religiosas de Cumbres Mayores, da forma a unas prendas de corte futurista que triunfan en las pasarelas internacionales.

Acaban de desfilar en la Mercedes Benz de Madrid y en Milán , ya han paseado sus diseños durante dos temporadas en Nueva York y ahora recalarán en París. Viva Huelva ha hablado con Víctor Alonso, el 50% de Maria Ke Fisherman, que nos cuenta cómo surgió la relación con estas monjas de clausura de Huelva y lo que supone para su firma.

Desde el inicio, allá por 2009, tuvieron claro que su “valor diferencial” serían las técnicas artesanales pero “dándoles una vuelta hacia las nuevas corrientes de la moda”. No en vano, la otra mitad de la marca, María Lemus, es del municipio extremeño Villafranca de los Barros y ha estado muy vinculada a este mundo al ser su madre la encargada de una casa de bordados. En los inicios, el trabajo de ganchillo y punto lo realizaban artesanas extremeñas, pero “llegó un momento en que nos vimos con bastantes pedidos, a través de una colaboración que hicimos con una de las firmas más importantes de EEUU, Opening Ceremony -el eslabón que conecta a Maria Ke Fisherman con las ‘celebrities’ americanas-, y sólo teníamos dos meses para entregar las prendas”, explica Alonso.

Esto sucede en diciembre de 2013, justo cuando se inaugura un convento de Carmelitas Descalzas en Cumbres Mayores, en la Sierra onubense. Lemus tiene vinculación familiar con este municipio y a través de esa conexión nace una relación que va más allá de la confección de prendas, y ello a pesar de que no se conocen en persona. “Nosotros no hemos hablado directamente nunca con ellas, sólo un familiar de Cumbres puede verlas directamente, y les lleva una muestra de lo que queremos que hagan; sólo hacen ganchillo para nosotros, y no quieren trabajar para otros porque están muy contentas porque saben que las queremos de una manera especial”, explica.

“Son nuestro mayor valor”
No son sólo las manos de estas religiosas las que confeccionan las piezas artesanales de Maria Ke Fisherman, pues también cuentan con material que viene de amas de casa y asociaciones de ganchillo de Extremadura, pero sí producen la mayor parte de las confecciones. De hecho, Alonso explica que “es un trabajo totalmente  hecho a mano, de modo que cada prenda es diferente, pero la diferencia del convento con cada particular es que ellas lo hacen como si fueran una sola persona, trabajan de una manera muy grupal, es muy especial todo, y por eso son nuestro mayor valor ahora mismo, muestro principal activo”.

Y así seguirá siendo durante mucho más tiempo, pues según aclara Alonso, “ellas y las artes tradicionales son lo único que nadie nos puede imitar, es nuestro valor diferencial”. Y funciona, pues según adelanta, aunque sin desvelar demasiado, “el punto de ganchillo va a estar en algunas de las mejores tiendas del mundo”.

Se podría decir que acaban de llegar al mundo de la moda, pero parece que han llegado para quedarse. La fórmula de su éxito: “Una moda diferente con una calidad máxima, pues el ganchillo es lo más de lo más en calidad, todo hecho a mano, como la alta costura, pues hay prendas que llevan más de 200 horas”. Ajenas a todo esto, las religiosas de Cumbres Mayores siguen tejiendo éxitos y sueños que se cumplen.

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