Me queda la palabra

Carta Abierta a un Votante de Derechas

Para empezar le quiero dejar claro que respeto profundamente su decisión y quiero expresar de forma categórica que en ningún caso le voy a criticar por ello.

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Estimable compatriota:
Durante largo tiempo he estado dudando en escribir estas líneas que hoy le presento, pues es mi intención que las reflexiones que pueda verter en ellas de ningún modo puedan molestarle ni herir su sensibilidad. Permita que me presente, aunque si ha tenido la atención de acercarse a este escrito es posible que me conozca, sepa de mí o tenga alguna referencia. Sí, lo confieso y sin ningún pudor, me siento muy orgulloso de ello, soy miembro de PODEMOS y le agradecería que esto no supusiera un obstáculo para que usted siga leyendo. Suelo aparecer expresando mis opiniones en la prensa local de Rota y, gracias a determinada publicación y a la gran oportunidad que me ofrecen las redes sociales, mis textos se difunden sin mayores pretensiones por un horizonte más amplio. Como no es mi intención desinteresarle dejaré de hablar de mí, que no es relevante para este escrito.
Como decía en el título me dirijo a usted como votante de derechas que, como demuestran los resultados electorales y las frecuentes encuestas, probablemente forme parte de quienes apoyan al PP con su voto. Para empezar le quiero dejar claro que respeto profundamente su decisión y quiero expresar de forma categórica que en ningún caso le voy a criticar por ello.
En cambio, sí me agradaría acercarle mis reflexiones sobre el partido que usted apoya, ya que al ser el mayoritariamente sostenido por el electorado español asume la gobernación de nuestro país que a usted y a mí tanto nos preocupa. A partir de aquí no me va a quedar más remedio que exponer cuestiones que fácilmente le desagraden, si dejase de leer lo entendería, así que si ha llegado hasta aquí le quedo muy agradecido.
Si fuera el caso de que decidiese seguir leyendo me voy en la obligación de recordarle que el partido popular está proyectando ante el mundo una triste imagen de España y de sí mismo muy alejada de lo que deben ser las democracias occidentales, que consideramos ejemplo de lo que sí debe ser un partido en un país moderno y democrático. Los niveles escandalosos de corrupción que alcanza el partido popular solo son comparables a partidos de las dictaduras actuales y pasadas de América Latina y África, a las tiránicas monarquías árabes  o a casos tristemente famosos como lo fue el PRI mexicano, por citar un ejemplo. Usted sabe, ya sé que es doloroso, que son legión los miembros del partido que usted simpatiza que han pasado, pasan y siguen pasando por los tribunales de justicia, que cargan con condenas, a pesar de que sus correligionarios más destacados sean capaces de hacer juegos malabares para librarles del escarnio, utilizando los cargos de la judicatura  a su servicio y a miembros de las fuerzas de seguridad que les avisan o colaboran con ellos, o empleando para ello métodos tan sucios que se hacen comparables a los propios delitos juzgados: Todo ello por el expolio de dinero público, para el bolsillo de los interesados o para favorecer a empresarios que se aprovechaban de sus relaciones con estos. No quiero excavar en su incomodidad recordando nombres de altos cargos del PP, de ministros, de responsables autonómicos  o municipales, empresariado vinculado al partido, etc, etc,  envueltos en una interminable lista de casos que no tiene mayor sentido recordar, de no ser que nos encantara disfrutar del morbo y no es el caso. Usted lo sabe y le duele, porque entre las personas como usted que votan al PP, pues son quienes representan su ideología, hay muchísima gente honrada que no se merecen lo que les están haciendo pasar esta gente egoísta y aprovechada.
Tampoco quiero tenerle a usted ocupándole su tiempo con más opiniones, por todo ello iré concluyendo en breve, pidiéndole que reflexione, que de usted, de personas como usted y solo de ustedes, depende que la derecha que representa el PP se reconduzca. En un sistema democrático liberal como el que rige la vida política de nuestro país todas las opciones son necesarias. No le estoy diciendo que cambie su voto hacia la opción que yo defiendo, me parecería cínico y oportunista; usted y yo somos muy diferentes y entiendo perfectamente que no lo haga, lo extraño sería que yo tuviera la desfachatez de pedírselo. Pero sí le suplico que se lo piense, que exija de su partido una regeneración total que la necesita más que las plantas el agua y que si no le satisface existen otras opciones: no les hablaré del PSOE, pues tampoco es que sean un espejo donde mirarse; sí de Ciudadanos, que no pueden ser santo de mi devoción, pues también representan ideológicamente lo opuesto a mis ideas y que además tienen como base sus desaforadas críticas contra el partido en el que participo, pero hasta ahora nadie le ha podido reprochar a Albert Rivera y a su gente que estén inmersos en esta inmundicia de la corrupción, en la que nos está sumiendo el PP; también tiene otra posibilidad, los partidos conservadores regionalistas o nacionalistas, que tampoco abundan en problemas parecidos, no todos son Convergencia.
No me queda otra que despedirme de usted. Si como dije hacia la mitad ha llegado hasta aquí mil gracias por su atención. Por un país más limpio y más decente.
Un cordial saludo.

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