Alejado el fantasma de la lluvia no iba a ser el levante, por mucho que se empeñase, quien estropease las fiestas al amplio sector cofrade roteño. Por lo que se supone que el fervor popular se alimentará de pausadas procesiones llenas de rituales tradicionales y del inevitable olor al empalagoso incienso.
Si ampliamos el punto de mira el panorama tampoco es que nos traigamos muchas alegrías. El fallecimiento de la ministra Carme Chacón llena las primeras planas de las teuves (TV) y de la prensa, entre el desaforado elenco de panegíricos de unos y del desafortunado y mezquino comportamiento de los que no necesitan motivo alguno para dar rienda suelta a sus bajos instintos para descalificar. Esta señora, con sus luces y sus sombras como otros muchos y, salvo el peaje que supone pertenecer a una élite política de quien no se puede esperar mucho más, pues sabemos para quienes trabajan, fue una buena ministra y para asombro de muchos, muy bien considerada por amplios sectores, los más progresistas, de una institución donde todavía abundan mentes reaccionarias y preconstitucionales. Sin ningún género de dudas un mérito que no es frecuente en la clase dirigente. Por ello y por más, nuestro reconocimiento y, no podría ser de otra manera, nuestras condolencias a la familia y a los socialistas de buena voluntad.
Si la muerte de Carme Chacón ha sacado a relucir una parte de buenos sentimientos y otra parte mucho mayor de lágrimas de cocodrilo de gente cínica, incluso entre sus correligionarios, que no la apreciaban lo más mínimo y ahora la utlizan vergonzosamente, los ataques furibundos a la persona de la ex-ministra no se pueden encuadrar de otra manera que entre la tremebunda inmundicia que pudre las redes sociales.
Por otro lado, también es época de rememorar las peores y más sangrientas torpezas, como el ataque de los barcos del escudo antimisiles con base en Rota -que ya me dirán contra qué misiles han actuado- justificando la agresión por el salvaje ataque con armas químicas a la población de localidad de Jan Sheijun en el sector rebelde, sin que en absoluto se haya demostrado que sean responsabilidad del ejército de Bachar al-Asad. Trump en estado puro y, ¡vaya!, con el apoyo incondicional de gobiernos europeos como el nuestro. ¿No era este el demonio? Pronto se redimió.
Para concluir no queda otra que regresar a casa, después de viajar tan lejos. Ya tenemos motivos para que otros cafres con supuesta ideología islamista radical nos tengan en el punto de mira. Para completar, recordemos que en este pueblo sí hay quienes sufren un verdadero vía crucis, gente sin recursos y que no hace falta buscar mucho para encontrarlos.
Bello y heroico ejemplo el de las limpiadoras de la bolsa del ayuntamiento con cuatro meses de resistencia frente a las puertas del Castillo; nuestro deseo de que el conflicto se resuelva pronta y favorablemente, y que los trabajadores del Aeropuerto y de la Cafetería de la Base terminen su calvario sin tanta penitencia.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
