Me queda la palabra

Peligro: ¡Fracking!

En cuanto a Andalucía,...deberíamos implicarnos en exigir que se olvidaran del mismo en nuestra zona, empezando nuestro ayuntamiento por declarar a Rota, Municipio libre de Fracking.

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La falta de conciencia en la responsabilidad que tenemos contraída con el futuro nos ha llevado a poner en peligro este mundo que habitamos: Este mundo que nos legaron nuestros mayores y que nosotros debemos legar a nuestros descendientes en unas condiciones que permitan su habitabilidad. Han sido muchos años de oídos sordos a quienes, más concienciados que nosotros, nos avisaban de que el camino que la humanidad había tomado nos avocaba al deterioro del planeta e incluso hacia su destrucción. Si bien no es justificable para nadie esta indolencia carente de sentido común respecto de la gravedad de lo que se avecinaba, resulta intolerable que quienes han tenido y tienen la misión de tomar las decisiones importantes han hecho de don Tancredo, esperando a que escampara el temporal. El resultado es que ya no hay posibilidad de parar este desatino. Los niveles de degradación al que hemos arrastrado a este planeta empiezan a volverse contra nosotros. Un modo de vida que precisa cubrir unas necesidades que nos impiden poner coto a esta sinrazón nos imposibilita para que se den las condiciones para subsanar lo inevitable y que ya está aquí.
Las personas que habitamos este mundo nuestro, hemos venido observando que los cambios que se producen en la climatología demuestran que algo hemos mal: las lluvias son más perjudiciales que nunca, no se cumplen los patrones acostumbrados en cuanto a su frecuencia, su distribución a lo largo de las distintas estaciones, a las cantidades que precipitan, ni tampoco las temperaturas se sujetan a los cánones que sirvieron para determinar las peculiaridades propias de cada clima, veranos  inacabables, que llegan hasta mitad del otoño, que resulta desarrollarse fuera de tiempo, y tantas y tantas aberraciones más. Lo primero que hay que explicar es que la temperatura de la tierra ya ha subido, y que con las perspectivas que se van observando seguirá aumentando hasta límites aún imprevistos. Las consecuencias ya las estamos viendo, pero van a ser mucho peores. Habrá quien trate de explicar que le hemos agredido tanto a la Naturaleza que ésta empieza a defenderse, bueno, lo digan como lo digan, el hecho es que la realidad es ésta.
Ante esta situación, que parece que ha sobrepasado el límite, según los entendidos ya no hay solución; aunque al menos se podría paliar en lo posible los efectos y que este mundo en vías de extinción dilatase algo más su caducada existencia. Pero en esto, como en otra muchas cosas, si lo que se pueda hacer depende de poner topes a la política mundial de este mundo egoísta e insolidario, da que pensar que no se va a hacer nada por afrontar el tema.
El sistema de producción que rige el mundo no contempla otras premisas que el beneficio a costa de lo que sea, incluso de la propia destrucción. En época de crisis tan pronunciada, en la que el desarrollo de la producción está casi estancado en el mundo occidental, no impide que se siga consumiendo energía de forma disparada con un aumento del consumo energético que hace que los recursos con los que se ha contado hasta ahora, resulten ya insuficientes para el consumo que exige nuestra sociedad. Por esta razón, la búsqueda de alternativas para alimentar al monstruo consumidor se plantean desde otros frentes. Durante muchos años se han defendido fuentes alternativas más ecológicas y respetuosas con el medio natural, pero como los intereses de quienes manejan los hilos no van por ahí, se está barajando, y en muchos sitios y se están empleando, otros métodos para conseguir energía no convencional. Ahora, después de que en Estados Unidos y Canadá  ya se haya comprobado lo nocivo que es, se está trabajando en Europa por el uso del Fracking, como medio de obtener esa energía que tanto necesitamos.
Si para obtener gas natural (metano) el método convencional consiste en localizar la bolsa y pincharla para que así el gas acumulado a altas presiones tienda a salir. En cambio, el fracking o fractura hidráulica consiste en localizar gas en la roca madre, mucho más profunda, puede llegar a 5000 metros de profundidad, y como el gas se encuentra dentro de la roca de pizarra, de gran dureza y de muy baja permeabilidad, con orificios muy pequeños  que exigen que se tenga que romper la roca para conseguir extraer el gas de pizarra que esta dentro de la roca. Por ello se debe enviar agua a altísima presión, con una serie de aditivos químicos que se precisan para la extracción. Estos aditivos son productos muy tóxicos, cancerígenos y mutagénicos, y a pesar de que se hable de protección de la explotación con tuberías apropiadas, la contaminación a los acuíferos parece inevitable. Se muestra en una de las páginas de internet que ilustran el tema cómo acercando un mechero al grifo en lugares próximos al fracking se ve como se produce  la combustión de los gases que desprende el agua, que se contamina del gas al salir.
Otro de los problemas que trae consigo la explotación por fracking es la escasa rentabilidad pues la tasa de declive, evolución de la caída de la producción es muy significativa, lo que conlleva la necesidad de abandonar pronto el yacimiento para empezar con otro próximo enseguida.
Las reacciones ciudadanas, una vez conocido el problema, acostumbran a concentrar cuantiosas manifestaciones en contra de un proceso que trae mucho mayor daño que beneficio, además de que el beneficio tendrá unos sujetos muy concretos y localizados, y los sujetos pacientes o damnificados seremos el resto, que acarrearemos con las consecuencias, aunque esto me parece que nos suena de algo. Para más detalles, el único país que cuenta con la tecnología suficiente para llevar a cabo la extracciones es Estados Unidos.
En cuanto a los riesgos que lleva consigo son varios: inhabilita el suelo para otros usos, se acabó allí agricultura o ganadería, los restos que vuelven a la superficie deberían tratarse pero no se hace y vuelven al acuífero contaminándolo.  Otros perjuicios son: consumo excesivo de agua, pérdidas de material contaminado pues los transportes se hacen en camiones, aumento escandalosos del tráfico, se precisan grandes flotas para el transporte, hay fugas, incendios, explosiones, las balsas donde se conservan los residuos se acumulan con el riesgo de derrame que trae consigo,además de aumentar la actividad sísmica, terremotos, en las zonas próximas . También, incidencia  significativa en el cambio climático. Por último, informes británicos y americanos han confirmado los peligros a la salud de los habitantes; en las zonas estudiadas han aumentado en 65% los casos de cánceres y ha bajado el índice de fertilidad afectando a los órganos reproductivos.
Las reacciones ciudadanas, una vez conocido el problema, acostumbran a concentrar cuantiosas manifestaciones en contra de un proceso que aporta más daño que beneficio, además de que éste  tendrá unos sujetos muy concretos y localizados, y los sujetos pacientes o damnificados seremos el resto, que acarrearemos con las consecuencias, aunque esto me parece que nos suena de algo. Para más detalles, el único país que cuenta con la tecnología suficiente para llevar a cabo la extracciones es Estados Unidos. Las organizaciones ciudadanas, en especial las implicadas en la defensa del medio ambiente, se están destacando en la oposición a esta técnica.
Estas movilizaciones suelen plantearse la necesidad de evitar tal alto riesgo, para no tan grandes beneficios y se está consiguiendo la implicación de numerosas instituciones contra la práctica del fracking. Hay corporaciones municipales que han declarado sus términos municipales libres de fracking, administraciones autonómicas que han retirados permisos de prospección, el PNV tras ganar las elecciones se ha posicionado en contra de la fractura hidráulica.
En cuanto a  Andalucía, salvo Porcuna en Jaén que se ha declarado municipio libre de fracking, da la impresión que estamos aún poco sensibilizados, a pesar de que tenemos aquí el problema: los estudios para utilizar el fracking en Doñana, por parte de Gas Natural, donde a Felipe Gonzáles, consejero de la empresa, no le ha parecido mal la aprobación por parte del ministerio de  Industria para que empiecen los estudios, nos acerca el caso; por ello, conscientes de todo lo que supone, deberíamos implicarnos en exigir que se olvidaran del mismo en nuestra zona, empezando nuestro ayuntamiento por declarar a Rota, Municipio libre de Fracking.
Estamos a tiempo.

P.D. Si hubiese alguien interesado, que lo indique e incluiré en “comentarios”, links clarificadores. 

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