En estos días de de fiestas hemos podido observar en las redes sociales las quejas constantes de muchos ciudadanos que habían aprovechado el puente para disfrutar de unas buenas vacaciones, utilizando el tren como medio de transporte para desplazarse a ciudades algo más alejadas.
Familias enteras, maletas en mano, dispuestas a olvidarse de los problemas cotidianos durante estos días y cargar las pilas para afrontar otra dura etapa laboral hasta el próximo escape, que para nosotros ‘los curritos’ son fundamentales. Pero estos osados onubenses que han optado por Renfe para dichas minivacaciones no contaban con la cruda realidad que vive esta ciudad con el servicio ferroviario que nos ofrecen: falta de puntualidad, averías, transbordos imprevistos y en tiempos de lluvia, como así hemos podido leer en el perfil de Facebook de algún que otro afectado, goteras, vagones en los que se cala el agua como chuzos, con la respectiva humedad que ello conlleva.
Es indignante que en estos tiempos aún Huelva no esté a la altura que se merece y tenga asignados trenes de estas características. Ya no hablo de poder disfrutar del AVE, que hasta el momento ni se han comenzado las obras para adaptar los tramos, hablo de la calidad que nuestros ciudadanos pagan por un transporte con carencias y casi tercermundista. Es cierto que Huelva contará con una nueva estación de trenes a pocos metros de la antigua y que las imágenes que nos llegan dan una visión más acorde a lo que debería ser, pero nada que ver con la realidad. De nada sirve una nueva estación de trenes si estos no se adaptan a las necesidades que Huelva requiere y exige, equiparándose con otras ciudades cercanas.
Desde aquel 27 de julio de 2010 -por cierto, día de mi cumpleaños- en el que José Blanco informaba sobre la llegada del AVE a Huelva, los cambios constantes no han dejado de llegar y aún hoy no se tiene claro el tren que saldrá de este nuevo espacio, del que tampoco se conoce su inauguración. Huelva necesita estar a la altura, estar en consonancia con los nuevos tiempos y afianzar las 2 horas y 40 minutos que nos separarían de Madrid con la llegada del AVE y que los responsables prometían, así como los 35 minutos que tardaría en llegar a Sevilla. El hecho, hasta la fecha, ni se acerca a la realidad y Huelva, según muestran los responsables, no es prioritaria ni merece adaptarse a las nuevas tecnologías ferroviarias de las que ya disfrutan casi toda Andalucía.
Al margen de todo lo vivido, espero que hayan disfrutado de unas buenas vacaciones.
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