Matrícula de deshonor

Las modas me la traen al pairo

Da la sensación de que hablar de drogas es hablar de otra época. Que el consumo de sustancias adictivas ha pasado de moda y ya no vende

Da la sensación de que hablar de drogas es hablar de otra época. Que el consumo de sustancias adictivas ha pasado de moda y ya no vende como antaño para nuestra cartera política, quedando esta lacra olvidada para quienes tienen la responsabilidad de minimizar el enorme daño que dicho consumo afecta a nuestra sociedad más allá del uso, o mejor dicho, por las consecuencias de éste, y que son muchos aspectos los que están impactando en nuestra vida de forma negativa, superándose las situaciones, que están muy por encima de los recursos que se emplean para frenar  el tremendo daño que ocasionan. Simplificar las drogas al uso de éstas es hacer el burro con orejas de oso.

Quisiera recordar, para quienes su memoria se nutre sólo con dinero, que más del 40% de los accidentes de tráfico producidos en España son causa directa de las drogas (cuando hablo de drogas, hablo de cualquier sustancia adictiva, sustancia que al entrar en el organismo, legal o ilegal, sea capaz de modificar sus funciones). No nos olvidemos de los accidentes de trabajo por consumo de cualquier sustancia, siendo uno de los mayores factores de riesgos laborales en los últimos años.  Cada año las drogas están más presentes en las agresiones sexuales en contextos de ocio, así lo mostró el observatorio cualitativo sobre la relación entre el consumo de drogas y los abusos sexuales -no tiene desperdicio-. En la última década se destaca la agresividad constante que generan los colectivos condicionados por consumo, o en contextos donde el consumo es habitual: entre pandillas, amigos, en el propio seno familia; son asiduas las denuncias por este tipo de incidentes en los que la agresión física y las drogas van de la mano, pasando por hospitalizaciones severas y en muchos casos, patologías crónicas.

Del tráfico de distintas sustancias en nuestra ciudad, concretamente, no tendríamos espacio suficiente para hablar en todas las páginas de este periódico. Hemos vivido y vivimos situaciones que se asemejan a una ficción, más que otra cosa, pero que son circunstancias reales como las del conocido ‘Yeyo’, aún en busca y captura; uno de los grandes narcotraficantes de este país. Su intento de captura fue de película de Hollywood. Está claro que Huelva sigue siendo uno de los lugares por los que las drogas entran en Europa, y las formas son tan creativas, que con tan escaso personal dudo que lo que se decomise supere el 15 % de lo que realmente llega a su destino.

 Por supuesto, su uso y abuso es lo más conocido, los estragos que ocasionan, son difíciles de expresar, a todos los niveles y en todos los ámbitos y contextos. Podrá haber pasado de moda, puede ser. Será verdad eso de que ya no da votos invertir en el consumo, pero lo que está claro es que en Huelva miles de personas están pasando por estas circunstancias, y a mí, particularmente, las modas me la traen al pairo.

 

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