Matrícula de deshonor

En las redes

Las redes sociales se han convertido en instrumentos inagotables de información sin límites geográficos, de horarios e incluso de ‘amigos’

Las redes sociales se han convertido en instrumentos inagotables de información sin límites geográficos, de horarios e incluso de ‘amigos’, generando un enorme paradigma virtual al servicio de una sociedad consumista, que necesita estar conectada y en continua interacción con el mundo. Ante dicha demanda de comunicación, información y relación nacen las decenas de plataformas: las redes sociales, que se han convertido en nuestro bar de costumbre, nuestro cine, nuestros paseos, salidas culturales o charlas en cualquier plaza o calle; un espacio tan amplio como nuestros deseos y necesidades requieran. El uso y disfrute de estos espacios va en cada una de las personalidades latentes en las redes, con matices controvertidos e inesperados, que pueden cambiar el rumbo de sus objetivos. En los últimos meses, observo el alto nivel de tensión que se respira en las distintas plataformas de redes sociales, como Twitter, Facebook o Youtube,  las luchas constantes de poder, las manipulaciones de información en todos los sentidos, agresiones verbales, amenazas, disputas campales que llegan a generar tanto odio, que incluso influencian en familias, amigos, relaciones de parejas, etc. Que como se suele decir de forma coloquial: “Se nos está yendo de las manos”. Las redes han dejado de ser meras herramientas para pasar el tiempo y se han convertido en instrumentos de poder en el que condicionar a sus habitantes. Pero el enfoque más amplio lo ha tenido el activismo, que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y potenciar sus ideales más allá de lo soñado, sin esos límites establecidos en la vida cotidiana y real. La información es tan rápida y fácil de transmitir, que incluso, a veces, nos sentimos saturados; un cambio al que poco a poco deberemos ir adaptándonos tras el bagaje pertinente. Pero dichos beneficios también tienen sus inconvenientes, como está ocurriendo en el ámbito político, en el que todos desean dominar esta gallina de los huevos de oro, difícilmente controlable, donde ya existen más community manager y/o asesores que políticos, siendo estos profesionales los que ganan realmente las elecciones.  Lo importante es estar en ‘la onda’, y queramos o no, quién no está en las redes se aleja de una realidad que se remonta a 1994 con Geocities, siendo el boom en 2004 con Facebook, que no situó en esta conocida estructura de comunicación, que esperemos siga avanzando, para el beneficio de los usuarios y no de quienes desean su control.

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