La pasada semana, Huelva sufrió la enfermedad psicogénica de masas, más conocida como histeria colectiva; una propagación de síntomas y signos para los que no existe una explicación física, pero que puede llegar a paralizar a toda una ciudad. Este hecho es el que pudo vivir Huelva, que tras una denuncia sobre un supuesto intento de secuestro de un niño en la localidad de Bollullos Par del Condado, contagió de forma instantánea a toda la ciudad, creándose un pánico generalizado y obsesivo, sin que imperase la razón. Huelva se convirtió en tan sólo doce horas en otro caso paradigmático de psicosis colectiva, tan vivencial como aquella retransmisión radiofónica en 1938 de una invasión marciana, realizada por el mítico Orson Welles, de la novela de ciencia-ficción ‘La Guerra de los Mundos’. En esta versión onubense, a falta de alienígenas, fueron furgonetas blancas repletas de personas de origen rumano, las que aparecían en todos los pueblos y rincones, tan reales para los asustados ciudadanos, como el pánico que se sintieron. Al margen de este controvertido suceso, Huelva tiene todos esos condicionantes para quedar apresada en este turbio incidente, mezcla de inconsciencia y experiencia, dados los tristes acontecimientos pasados en los últimos años en esta ciudad, donde los niños han sido los desafortunados objetivos y más que olvidarse, han quedado marcados en nuestros genes y serán difíciles de olvidar. Al final, todo quedo en una confusa situación de formas e intenciones, que espero, seamos capaces de asumir, tomando conciencia, y procesando los hechos de forma cognitiva para no volver a hacer el más espantoso ridículo.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
