Matrícula de deshonor

La verdad no es lo que importa

Dar veracidad a los hechos es cuestión de rebuscar e ir a fuentes fidedignas como los medios de comunicación, que deberían ser las fuentes que emanen veracidad

Está claro que las redes sociales se han convertido en el instrumento más importantes para la política, y cada partido que se precie incluye en sus estrategias, como acción prioritaria, mantener una comunidad bien asentada y controlada, donde exista una interacción en las distintas y principales herramientas sociales como Facebook, Twitter o Youtube. Este hecho más que afianzado en nuestro país, nos pone en cabeza, ya que nuestros políticos son de los que mejores han entendido y asumido este poder de comunicación; llenos de doces, de puntos y de ceros. No es de extrañar la confusión existente de los usuarios habituales en redes sociales, ya que los mensajes intencionados lanzados por cada partido son compartidos de forma inmediata, expandiéndose como la pólvora, y confrontándose unos con otros, generándose esa confusión condicionada, en los que la verdad y la mentira van casi de la mano, perdiéndose en la propia dinámica. Dar veracidad a los hechos es cuestión de rebuscar e ir a fuentes fidedignas como los medios de comunicación, que deberían ser las fuentes que emanen veracidad de forma arbitraria, dando refugio a los perdidos habitantes en las red y marcando una línea fidedigna necesaria, que brilla actualmente por su ausencia. La verdad está corrompida, ya no importa, no es necesaria, lo que prima es convencer y gestionar esa realidad de forma conveniente; la gente se ha vuelto cómoda, y pocos son los inquietos e incrédulos que pierden su tiempo en forjar una opinión objetiva y parcial, y eso, es la ventaja con la que cuentan. La red es uno de los instrumentos más importantes de comunicación en nuestros días, pero sobre todo, es la forma más directa de manipular, no lo olviden.

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