Ha pasado un año. El 9 de octubre de 2012, Antonia González Osuna, aparecía muerta con una jeringuilla clavada en su brazo. Era enfermera y tenía 46 años. Desde un principio se creyó que se había suicidado, pero casi un mes después, cuando se conocieron los datos de la autopsia, que revelaba una muerte violenta como causa del fallecimiento, su esposo, Jesús Arteaga Parras, fue detenido y enviado a prisión por orden del Juzgado de Violencia de Género de Jaén. Comenzaba así el conocido como ‘crimen de la enfermera’, que se encuentra, un año después, aún en instrucción. Desde entonces, pocos casos judiciales han despertado tanto interés y perplejidad en la sociedad jienense, máxime, cuando la propia familia de la fallecida se negó a ejercer la acusación particular.
Tras ocho meses en prisión acusado de asesinato, Jesús Arteaga, unico imputado, salió en libertad el pasado 2 de julio. La defensa que ejerce el abogado jienense Diego Ortega, presentó un informe pericial elaborado por dos profesores de la cátedra de Medicina Legal de la Universidad de Málaga, en el que se cuestionaba la hora de la muerte de su esposa, que en un principio se fijó entre las 17 y las 18 horas del día 8 de octubre. Los forenses malagueños concluyeron que la víctima murió alrededor de la media noche, hora en la que el acusado tenía coartada por no encontrarse en el domicilio conyugal.
Al conocer el informe el juez instó al Instituto de Medicina Legal de Jaén a que se ratificara o modificara su informe inicial. Y para sorpresa de propios y extraños, lo rectificó. Fijaron la nueva hora en torno a las 21 horas, entre tres y cuatro horas después de su primer informe, por lo que el juez decidió en su auto, “ante tal variación, sorprendente por otra parte, poner en libertad al acusado sin fianza a la espera de que se fije la fecha del juicio”, ya que esa franja horaria ratificaba la coartada del acusado.
Sin embargo, a finales del pasado mes, según adelantó VIVA JAÉN, el Instituto de Medicina Legal emitió el informe definitivo. La hora volvía a coincidir con sus primeras predicciones, si bien existía una variación en la franja horaria. Así, se estimaba que la muerte se produjo entre las 15,34 y las 21,55 horas. Esta horquilla volvía a dejar sin coartada al acusado varias horas, ya que Jesús Arteaga declaró que abandonó el domicilio alrededor de las 20 horas del 8 de octubre. Por tanto, pudo estar en el lugar de los hechos entre las 15,34 y las 20 horas, periodo en el que podría haberse producido la muerte de Antonia González, aunque podría haber fallecido entre las 20 y las 21,55 horas sin su esposo ya en la casa. ¿Quién mató a Antonia?
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
