Málaga para la Gente pedirá en el pleno de este jueves que el Ayuntamiento adopte medidas “urgentes” para impedir la expulsión de residentes del centro histórico de la capital y poner coto a la masificación y saturación de oferta hostelera y locales de ocio en determinadas zonas. La coalición de izquierdas calcula que desde que comenzara a peatonalizarse la “almendra” del casco viejo hace 20 años se han marchado más de 20.000 vecinos y pone el foco en los problemas del distrito, como falta de aparcamientos, accesos, limpieza o precios del alquiler tras la proliferación de apartamentos turísticos. Las quejas por ruido, exceso de ocupación de la vía pública o falta de equipamientos y servicios de proximidad son una constante, según denuncian los propios colectivos vecinales.
El portavoz Eduardo Zorrilla censura la actitud de “pasividad” del equipo de Gobierno popular, “al servicio del lobby hostelero” y urge a abrir el debate para construir un futuro modelo de centro más sostenible y habitable, que acabe con el “éxodo vecinal” y evite llegar a extremos como el de Barcelona o Palma de Mallorca. Un panorama en el que también ponen sobre la mesa la calidad del empleo que los comercios y franquicias del enclave generan, frente a los establecimientos más tradicionales, y sus efectos y estragos en el patrimonio histórico y cultural, especialmente el arquitectónico.
Los hosteleros apuestan, en cambio, por declarar el centro histórico de Málaga como Zona de Gran Afluencia Turística perdiendo su actual carácter residencial para, aseguran, dar respuesta a la realidad actual, y demandan un cambio en la normativa de horarios, el nomenclátor o una nueva normativa de ocupación de la vía pública.
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