Los vecinos de Guadalmar encontraron recientemente hasta doce bancos y catorce papeleras escondidos entre la maleza del paraje natural de la desembocadura del Guadalhorce. Un hallazgo que lleva ahora al equipo de Gobierno popular a exigir en pleno a la Junta mayor atención para este enclave protegido declarado en 1989.
Aún pendiente está el proyecto de construcción de una pasarela peatonal entre ambos márgenes del río Guadalhorce, una iniciativa que será financiada por el Ayuntamiento y la Diputación y que formará parte de la conocida Senda Litoral. Desde el Ayuntamiento denuncian las continuas trabas que pone el Gobierno andaluz. De madera de pino, con 260 metros de largo, esta infraestructura permitirá salvar a pie o en bicicleta la desembocadura conectando Málaga y Torremolinos.
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