El artista Juan Fernández Béjar realiza su primera exposición individual en las salas de la Sociedad Económica de Amigos del País en el año 1966. Ayer, medio siglo después, el pintor malagueño regresa a este espacio con la exposición Memoria de los sentimientos.
Organizada por el Consejo Social de la Universidad de Málaga, Juan Béjar muestra hasta el 28 de mayo el resultado de sus devaneos artísticos. El autor se definió en la presentación como un pintor “autodidacta”, que aprendió la técnica a través de las visitas a los museos del mundo entero desde los años de juventud.
De sus influencias, Béjar señaló a Franz Kafka y su misterioso mundo de hondura filosófica y muy especialmente al importante papel de la cinematografía en su obra. La inspiración del malagueño, miembro fundador del Colectivo Palmo, viene de la mano de Bergman, Visconti, Paolo Sorrentino y Herzog.
El creador aseguró ser “el producto de esta vasta historia, unas veces esplendorosa y otra menos afortunada. Así, en mis cuadros nada es lo que aparenta”.
Este surrealismo prospectivo se traduce en enigmáticos personajes y paisajes están cargados de melancolía, de aparente inocencia, para mezclar un pasado decadente con una ingenua perversidad.
Simbolismo, complejidad y un habilidoso dibujo le han permitido gestar un particular universo artístico plagado de figuras deformadas y oníricas y los rostros empastados de porcelana que recuerdan a un ayer denostado. Son “gente pequeña a la que nadie se quiere parecer”; sus “desheredados de la historia”, dijo.
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