Lo que queda del día

El valor de tener las cosas claras

Al PP jerezano podrán recriminarle cualquier cuestión menos que tiene las cosas claras. Otro asunto es el futuro que aguarda a Jerez tras las próximas municipales, en la interminable espera de nuevas actividades inversoras

Pilar Cernuda publicaba esta semana un comentario en su sección de Abc en el que hacía referencia a una serie de estudios que estaban en posesión de PP y PSOE y en los que se informaba del ascenso imparable de Podemos, más aún de cara a las próximas elecciones municipales, donde podía convertirse en la fuerza más votada en muchas provincias españolas; de hecho, ponía de ejemplo el caso de la provincia de Cádiz.

También eran ganas de darle el desayuno a José Loaiza, porque la letra pequeña del propio artículo ya advertía de la difícil conjunción de circunstancias para dar el dato por hecho: parece inviable que Podemos presente candidatura en todas las poblaciones de la provincia, aunque sí en las más importantes, y habrá que tener en cuenta a las personas seleccionadas para liderar las candidaturas, que siempre es terreno abonado para la caricatura indolente de los advenedizos y para el retrato indulgente de los habituales -es irremediable: forma parte de nuestra condición-.

Al líder de Podemos, mientras tanto, ha terminado por ocurrirle como a Churchill, al que se le atribuyen más frases célebres de las que en realidad pronunció, y ya no sabemos si cuanto dice se debe a su peculiar ingenio  -o al de sus asesores-, a su insufrible ingenuidad, a su irrefrenable deseo por llamar la atención o a la interesada descontextualización de sus frases del día -qué mala la prensa: el galgo ligado a la casta-, obsesionado con hacerse omnipresente y acelerar los complejos de culpa de PSOE e IU, así como las debilidades propias del presidente del Gobierno, que ha confundido la regeneración democrática con proponer las reglas del juego que vayan en beneficio de su partido y no de las alianzas de izquierdas.

Obviaré hacer más comentarios al respecto a la espera de que Pablo Iglesias me mande un controlador para saber si puedo escribir lo que pienso o es que en realidad no doy más de mí mismo. Si lo que sigue buscando son preguntas diferentes, tengo un par de amigos dispuestos a hacerle unas cuantas, aunque no respondo por ellos, a no ser que insista en desvirtuar la causa, que fue lo que realmente le trajo hasta aquí, e insistir en una insatisfacción permanente que ya no sabemos si es contra el poder establecido o contra sí mismo, y en política no hay nada más importante que tener las cosas claras.

Del PP en Jerez, por ejemplo, podrán decir ustedes cualquier cosa: que lo del ERE fue una barbaridad, que la venta del agua fue un despropósito, que la ciudad está abandonada y sucia, que ha logrado la paz social mediante la compra de voluntades, que ha sabido ganarse el beneplácito de una parte relevante de la opinión pública a costa de gestos, que ha convertido a Jerez en sinónimo de pan y circo, que busca la confrontación permanente con la Junta, que rinde excesiva pleitesía a cuanto se le propone desde el Gobierno central, hasta que no está bien visto que buena parte de los concejales se vayan de paseo al Rocío.

Todo eso y cuanto diga el manual de supervivencia en tiempos de crisis, pero nadie podrá recriminarle que tenga las cosas claras, que sabe a qué juega y que sigue por encima de las intrigas palaciegas y las aspiraciones mitineras que llevan representando durante tres años sus compañeros de oposisición, como si el patio central del edificio de la calle Consistorio aspirase a escenario de corral de comedias. Motivos por los que muy pocos ponen en duda que haya encuestas que ratifiquen el respaldo obtenido en las urnas en 2011.

No sólo tienen las cosas claras, sino que se deja muy poco margen a la improvisación -con la venia de Ruz-; al menos a corto plazo. En este sentido, y a tenor del rendimiento político y electoral que van a conseguir acumular con el plan de actuaciones -auténtico y justificado proyecto estrella-, consecuencia directa de los ingresos obtenidos por la concesión del agua, cabe cuestionarse el valor de las cartas que quedan en poder del Ayuntamiento para afrontar el próximo mandato municipal, supeditado todo a una recuperación económica y social planteada de momento en términos teóricos y para la que Jerez precisará del impulso de una actividad inversora que aún aguardamos como el que espera a Godot.

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