Lo que queda del día

La noche es más oscura antes del amanecer

Nadie va a reprocharle al Gobierno local que mejore el estado de las calles, que no suba los impuestos o haga de Jerez punto de encuentro de los mejores empresarios del país, pero sí que no se cree empleo a corto plazo

En El caballero oscuro hay continuas referencias a los síntomas que anuncian la superación de una crisis, ya sea económica, política o social. La película hace uso de recurrentes metáforas que, más allá de funcionar en su propia trama, son un pretendido -en ocasiones pretencioso- ejercicio de estilo desde el que se proyecta sobre nuestra realidad, global y estigmatizante, en busca de cierto reflejo y empatía con el espectador. Lo proclama, con una gran carga de solemnidad, cuando el fiscal Harvey Dent advierte que “la noche es mucho más oscura justo antes del amanecer”; o el mayordomo de Bruce Wayne cuando confiesa a su protegido que “las cosas siempre tienden a empeorar mucho más antes de empezar a solucionarse”.  

Si esos son los síntomas, el Gobierno local parece tener claro que ya ha amanecido y que lo peor ya ha quedado atrás. Al menos, insiste en ello constantemente desde el inicio del nuevo curso político, apremiado, también es cierto, por el calendario electoral y el molesto aliento de las encuestas resoplándole en el cogote. Esta semana, al abrir el buzón, me encontré con el panfleto que el PP está distribuyendo por toda la ciudad para explicar las inversiones del Ministerio de Agricultura en la mejora y adecentamiento de numerosas calles y barrios, en el que se incluyen datos y una gran variedad de gráficos para conocer con detalle en qué consisten las obras. No recuerdo un despliegue tal desde que buzonearon toda la ciudad subrayando las “mentiras” de Pilar Sánchez tras pactar con Pedro Pacheco para arrebatarles la Alcaldía, y tampoco es que les sirviera de mucho.

Más contundente, aunque no menos esperado, era el anuncio sobre las ordenanzas fiscales para el próximo año. La alcaldesa ya se mordió un poco la lengua en el debate del estado de la ciudad y esta semana ha encontrado el momento oportuno para anunciar la congelación de tasas, precios públicos e, incluso, algunas rebajas tan específicas como agradecidas. Jerez se suma así a Sevilla, Córdoba, Madrid y otras comunidades gobernadas por el PP, desde donde pretenden contribuir a restablecer la dañada imagen del partido a nivel nacional -desde abajo hacia arriba-; y, por cierto, no es mala táctica, ni para los que están arriba, ni para ellos mismos, si aún aspiran a conservar sus gobiernos locales.

Tal vez sobren ciertos giros eufemísticos a la hora de reivindicar la hazaña de renunciar a la vía impositiva para seguir solucionando los desmanes de bancos y gobiernos, cuando la realidad es que a nadie le amarga un dulce, y no hace falta poner más énfasis en el envoltorio que en el sabor, pero de ahí a anticipar un tiempo nuevo -como el de Susana Díaz- cargado de prosperidad y optimismo, supone eludir otras piezas separadas del mismo archivo vital. Ya saben lo que creen los americanos de todo buen optimista: incluso cuando ha saltado al vacío se va diciendo a sí mismo en plena caída, “so far, so good” (“hasta ahora, todo bien”).

Y entre esas piezas separadas está la cuestión del desempleo; o más exactamente, la de la creación de empleo, entre otras evidentes, como las relativas al derecho a una educación y a una sanidad de calidad, o a la prestación de determinados servicios sociales imprescindibles. Por eso mismo, no creo que haya quien vaya a reprocharle al equipo de Pelayo que no suba los impuestos, o que quiera mejorar el estado de las calles, incluso que haya conseguido que Jerez sea el punto de encuentro para los mejores empresarios del país -aunque sólo sea para que se vean y no,de momento, para que inviertan-, pero sí que detrás de todos esos movimientos todavía no haya signos evidentes en favor de la creación de empleo, al menos a corto plazo, que es el que se plantean los más de 17.000 parados jerezanos que llevan más de un año sin encontrar trabajo, o aquellas familias que no cuentan con alguno de sus miembros empleados.

Esa es la prioridad para miles de jerezanos en estos momentos y su principal preocupación: encontrar empleo. Porque para ellos la noche sigue siendo muy oscura y el otoño apunta a que todo puede empeorar un poco más. Sí; ya sabemos lo que vendrá después, pero desde su perspectiva temporal los plazos no tienen tanto que ver con una fecha electoral como con la caducidad de su propia esperanza.

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