La tribuna de Viva Sevilla

¿Nada ha cambiado tras el 22-M?

Un gobierno en minoría de Díaz ya no podrá aprobar en solitario transferencias de competencias, políticas de coordinación de las Diputaciones Provinciales (en manos de del PP mayoritariamente), tocar la leyes electorales o modificar el Reglamento del Parlamento. La oposición en bloque, sí.

Desde 2008, el PSOE ha perdido 1 millón de votos en Andalucía. Esto es el 50% de sus apoyos, pasando de liderar un Parlamento de 3, a uno de 5 partidos. Pero ni Griñán en 2012, cuando perdió medio millón de votos, ni la irreductible Susana Díaz, que ha perdido 118.881, hacen una lectura distinta al triunfalismo. “Este partido es increíble”, decía Griñán; “quiero una mayoría amplia”, pedía Díaz, y sin obtenerla celebra la victoria. Una victoria envenenada que impide a los nuevos sentarse con Díaz en pacto estable hasta después de las generales, salvo que tengan intención de suicidarse. Y a los tradicionales, o no les dan los números, o serían el suicidio de Díaz.

Es difícil que alguien se una en el sí, y muy sencillo hacerlo en el no. Ningún problema les causaría a PP, Podemos, C’s e IU unirse en el no contra Díaz, salvo la acusación de ingobernabilidad a repartir. Eso deja la puerta abierta a todo tipo de iniciativas parlamentarias de la oposición.

Comisiones de investigación, proposiciones no de ley, incluso proposiciones de ley, al tiempo que se puede firmar la autoría de permitir la gobernabilidad. La calle exige un nuevo tiempo con resultados.


Un gobierno en minoría de Díaz ya no podrá aprobar en solitario transferencias de competencias, políticas de coordinación de las Diputaciones Provinciales (en manos de del PP mayoritariamente), tocar la leyes electorales o modificar el Reglamento del Parlamento. La oposición en bloque, sí.


La geometría variable tiene más sencillo sentarse en los bancos de la oposición. El PSOE celebra convertirse definitivamente en un partido de minorías mayoritarias, mientras la líder in pectore del aparato, Díaz, no logra obtener ante Ferraz la victoria aplastante que le permita entrar sin llamar; en un contexto en que el competidor del PSOE pierde expectativas (Podemos pasa de los 22 Diputados que le daba la encuesta del CIS a 15) y C's (competidor del PP) las eleva. Lo que hace que el reloj corra en favor de Pedro Sánchez.


El PP fracasa, siendo la derrota cosecha exclusiva de Rajoy. Pero, sorprendentemente, Moreno Bonilla ha mejorado su imagen y parece estar para quedarse. Su discurso es nuevo, no culpa a los andaluces de su resultado y se hace responsable de los mismos. Todo un cambio de rumbo para el PP en Andalucía.


Un PP-A dirigido por Rajoy, hasta ahora, que ha hecho al PSOE el favor de su vida manteniendo a un portavoz inútil electoralmente como Zoido tras su primera victoria en Andalucía, para después nombrar a un desconocido como candidato, que necesitaba como agua de mayo los dos años perdidos. El “ahora no toca” de Rajoy se exhibe más inoportuno e indolente que nunca.


IU recoge su peor resultado con el mejor líder de los últimos tiempos. Ante la irrupción de Podemos paga su indefinición por su presencia en un gobierno con la “casta”, cuando tenía el copyright de hacer las políticas de izquierdas cumpliendo el déficit impuesto. PA y UPyD, descansen en paz. La herencia de aquéllos, sin definir su proyecto de futuro, y el personalismo de éstos han sido su enfermedad.


Un personalismo que ha sido el pivote de la victoria por la mínima de Díaz, a quien cabe atribuir el mérito de ralentizar, que no detener, la tendencia bajista del PSOE, en un futuro en el que deja de ser alternativa de gobierno en solitario, con Chaves y Griñán aún al fondo.


Con todo, la victoria del PSOE recuerda un poco a los ataques de mejoría de los terminales antes de perecer, que quizás sea lo mejor para su futuro, en el que habrá de mutar el puño y la rosa por el yunque y la pluma, para volver a ser alternativa. Y ventilar.


El estado de cosas del mañana lo harán patente la actitud de “periodistas amigos” del poder, que ya no sabrán a quién tocarle las palmas con claridad, lo que puede hacernos ganar en pluralidad indirectamente.


Porque el 65% no ha votado al PSOE, y la abstención supera en apoyos al ganador. Díaz no tiene la única pluma que puede firmar el BOJA. ¿Nada ha cambiado en Andalucía?

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