La Tribuna de Nertis

Sequía y fuego

Aunque parezca imposible, hoy me he propuesto no escribir sobre el conflicto “Cataluña-España”, “catalanes-resto de españoles”...

Aunque parezca imposible, hoy me he propuesto no escribir sobre el conflicto “Cataluña-España”, “catalanes-resto de españoles”, entre otras muchas razones porque tengo ya cierto hartazgo con este tema, problema de enorme complejidad que ninguna de las partes implicadas termina de arreglarlo, a pesar de la gran importancia que tiene para todos, tanto a nivel nacional como internacional.

Pero aparte de este tema, hay otros dos no menos importantes que, en cierto modo, vienen de la mano el uno con el otro. Me refiero a la sequía y al fuego. Ciertamente, el primero, la sequía, hace mucho más fácil la existencia del segundo, pues resulta claro que si hubiera llovido lo normal, al fuego le hubiera resultado más difícil existir.

Ahora bien, son extremadamente alarmantes los fuegos que azotan precisamente una de las partes más “húmedas” de España, Galicia, en la que según se dice han llegado a producirse en los últimos días más de 140 incendios, de los que cerca de 30 lo han sido en la madrugada del sábado al domingo pasado, favorecidos también por los fuertes vientos que trae a esta tierra el huracán Ophelia, que por otro lado, afortunadamente, también trajo en los primeros días de la semana algunos chubascos y bajada de temperaturas, circunstancias éstas que ayudan a controlar y casi extinguir estos incendios.

Al parecer, estos incendios no son frutos del azar, sino que por el contrario existen claras evidencias de que fueron provocados. Y lo peor de todo es que estos incendios donde detrás está la mano humana, no sólo han destruido parte de la biodiversidad gallega -con lo que ello supone para la vida humana en el futuro-, y también muchos negocios, empleos y viviendas, sino que han llevado a la muerte a varias personas.  Por tanto, no puede calificarse a estas personas sino de verdaderos homicidas y ojalá sean identificados, detenidos y puestos a disposición judicial para que sobre ellos caiga todo el peso de la Ley.

Y ciertamente, a todos estos miserables la meteorología les ha ayudado sobremanera, porque según dicen las estadísticas, el año hidrológico 2016-2017 ha sido el octavo con menos precipitaciones desde 1981, de manera que las precipitaciones acumuladas no alcanzan el 75% en Galicia. Pero es que la situación va a peor según los expertos y en el último informe publicado (septiembre), se dice que en la cuenca del Miño-Sil “existe una importante percepción de sequía”, y en algunas explotaciones ganaderas han tenido que ser abastecidas con camiones cisterna, siendo los caudales circulantes muy bajos, del orden del 50% inferiores a los medios para la época.

Menos mal que ya parece que entramos en épocas de lluvias...

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