La Tribuna de Nertis

La globalización positiva

Mientras escribo estas líneas, y sin habernos recuperado de las tragedias de Manchester y Londres, la prensa vuelve a bombardearnos con nuevas noticias...

Mientras escribo estas líneas, y sin habernos recuperado de las tragedias de Manchester y Londres, la prensa vuelve a bombardearnos con nuevas noticias sobre otro intento de atentado en París, y aunque por distancia nos sea más difícil empatizar con otros sucesos más lejanos, no podemos olvidar tampoco los casi 200 muertos la semana pasada en Kabul o los recientes ataques a templos católicos en Filipinas. La tan manida globalización afecta a todos los aspectos de la humanidad, y entre ellos está, sin duda, la peor cara del ser humano, encarnada hoy más que nunca en el terrorismo islamista.

Pero al igual que la globalización es capaz de universalizar tal barbarie en tan corto espacio en la historia, no por ello debemos demonizar la misma como muchos pretenden, pues precisamente ese mundo global es el único que va a ser capaz de acabar con esta y muchas otras lacras.

Esa lenta homogeneización de la especie humana, esa omnipresencia del hombre en todo el mundo gracias a las nuevas tecnologías, hace que nuestra evolución sea cada vez más rápida. Pero una evolución que, además de rápida, y pese a la opinión contraria de muchos, yo me empeño en creer que es siempre para mejor. Una evolución positiva que a su vez retroalimenta lo que a mí me gusta llamar la globalización positiva.

No tengo ningún reparo en hacer autobombo del acuerdo de integración que ha alcanzado Nertis Legal, el despacho del que formo parte en calidad de socio, con la firma alemana ETL Global, una firma que cuenta con más de 700 despachos en Alemania y que ha desembarcado recientemente en España, pues resulta un ejemplo claro del concepto del que estoy hablando. 

A simple vista, la corporativización en todos los sectores económicos es algo que se ve como uno de los aspectos negativos de la globalización. El hecho de que todo quede en manos de unos pocos gigantes hace pensar en la deshumanización de la economía, pero precisamente es la propia globalización la que se autocorrige, surgiendo figuras como la ETL Global, que, si a simple vista parece ser una empresa internacional más de prestación de servicios, en realidad supone un novedoso modelo de negocio que ha sabido aunar los aspectos positivos, tanto de una corporación de gran tamaño, como de los despachos y asesorías más familiares, logrando un equilibrio perfecto que da una vuelta de tuerca a la expansión internacional de las empresas en el mercado.

Todo ello es fruto de esa evolución positiva, de esa globalización, que, al fin y al cabo, nos está llevando a progresar como especie, y que por sí sola acabará puliendo los propios errores que aquella trae consigo.

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