A finales de verano del año pasado, los sevillanos “pasamos por las urnas” en una particular votación: romper o no con la tradición y adelantar nuestra Feria de Abril de sábado a sábado. Finalmente, con un 7% de votación, el resultado de este curioso proceso participativo de los ciudadanos, respaldó la innovación. No obstante, resulta conveniente plantearnos: ¿Se encuentra verdaderamente legitimada esta votación, y en consecuencia el cambio?
Los requisitos exigidos por el Ayuntamiento de Sevilla para votar fueron dos: ser mayor de 16 años y estar empadronado en Sevilla. Esto sugiere, al menos, dos comentarios. En primer lugar, particularmente me resulta algo llamativa la edad mínima requerida para votar, porque es curioso que a esta edad se le reconozca madurez y legitimidad suficiente para participar en este tipo de decisión y, sin embargo, no la tenga para responder de sus propios actos. Y en segundo lugar, también cabe plantearse si fue acertado o no conceder el derecho de voto única y exclusivamente a los empadronados en Sevilla capital, dejando fuera de esta votación a todas aquellas personas que, sin estar empadronadas, viven la Feria y pagan la cuota de sus casetas exactamente igual que sus amigos sevillanos. En principio, no parece justo, ya que todos sabemos que la Feria la viven muchas personas que no tienen su residencia efectiva en Sevilla capital.
El resultado de la “peculiar” votación fue positivo, en el sentido de romper con la tradición y ampliar la Feria de sábado a sábado, originando sin duda dicho resultado un intenso debate. Es evidente que el cambio de calendario, y la “coincidencia” con un día festivo en toda España, y dos en Madrid, ha conseguido abarrotar la Feria de Sevilla. Pero, ¿qué expectativas hay para lo que queda de semana? Nos encontramos a miércoles, y sin embargo, todos estamos desorientados, todos tenemos la sensación de que estamos a viernes. Muestra de ello es que, ayer, paseando por el Real, me encontré con amigos que hacía tiempo que no veía y el comentario general de todos ellos a la pregunta ¿cómo estás? era que vivían una “feria rara”, aparentemente muy larga, que estábamos a martes y era como si estuviéramos en el viernes de la pasada feria.
Y ahora, puesto que todo el mundo con quien he hablado de esto me ha comentado lo mismo sobre lo larga que le va a parecer esta feria, es fácil pensar que a lo mejor todo esto no ha sido “un buen invento”, y cabría plantearse si sería bueno organizar, pasados unos días o semanas, un nuevo referéndum en el que se nos pueda dar la opción de ratificar esta “nueva feria” o, por el contrario, volver al “formato” anterior. Pero en cualquier caso, lo cierto es que habrá que esperar y dejar pasar todo el tiempo que resta para ver si efectivamente sobran días en esta feria, o, por el contrario, son los días justos.
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