La Tribuna de Nertis

Pasión y tradición

Nos hallamos inmersos en la apodada Semana de Pasión en la ciudad de Sevilla...

Nos hallamos inmersos en la apodada Semana de Pasión en la ciudad de Sevilla. Semana grande que paraliza la capital de Andalucía, al igual que ocurre a lo largo y ancho del país. Semana en la que los sentimientos religiosos se mezclan con la tradición más pura, y sobre todo con nuestro afecto familiar y todo lo que lo rodea.

En mi caso en particular, soy hermano de la Hermandad de los Estudiantes y de la Hermandad del Valle. De una por tradición materna y de otra por tradición paterna. Y en ambos casos, el sentimiento de apego por ambas tiene una connotación puramente familiar, más que religiosa, que muchas veces me lleva a preguntarme cuál es verdaderamente el sentido de dicha devoción.

Sinceramente, no soy un gran entendido de la Semana Santa. Me gusta el ambiente que se respira, me gustan las escenas que se contemplan, me gustan ciertos momentos que encanta revivir año tras año, y me gusta observar a la gente que me rodea. Pero precisamente es a base de observar, cuando más me doy cuenta de lo que me cuesta conectar con la vertiente espiritual, y con el recogimiento que debería conllevar esta semana para un cristiano.  

No quiero hacer debate sobre si la Semana Santa debe ser una semana puramente de constricción y no el espectáculo en el que muchas veces parece haberse convertido, ya que lo único cierto es que, cada uno lleva su espiritualidad por dentro, y al final cada persona debe vivir esta semana a su manera, pues sea por tradición o por fervor religioso, para todos los que la vivimos con mayor o menor intensidad supone conectar en cierto modo con nosotros mismos, y aunque suponga tan solo unos minutos de meditación sobre nuestra relación con Dios, -sea cual sea la idea que tengamos de Él-, o sobre nuestra propia existencia, esta interiorización constituye un ejercicio vital que todo el mundo debería de practicar, incluso fuera de todo este contexto litúrgico.

Esta relación con nuestro lado más espiritual es totalmente necesaria para conectar con la realidad, para realmente ser conscientes de nuestra existencia y de lo que debemos disfrutarla y esforzarnos en ello.
Precisamente este Domingo de Ramos recibíamos la triste noticia del repentino fallecimiento de la ex Ministra de Defensa Carme Chacón, con tan solo 46 años. Estos sucesos nos llevan a plantearnos lo efímera que puede ser la vida, pero no nos deben empujar a temer a la muerte, sino todo lo contrario. Nos deben servir de lección para disfrutar más que nunca de los momentos como los que nos brinda esta semana tan especial. DEP.

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