Ayer cumplió mi hijo Pablo su primera semana de vida. Su esperado nacimiento supone una inmensa alegría para toda nuestra familiay confieso que me resulta imposible expresar la acumulación de sentimientos que supone el nacimiento de un hijo, en las tres ocasiones que lo he vivido han sido completamente diferentes pero plenamente felices. Su nacimiento, supone además que seamos considerados administrativamente como una familia numerosa, miento, no lo seremos oficialmente hasta que la Junta de Andalucía tramite y conceda tal condición lo que tardará aproximadamente entre 4 o 5 meses en el mejor de los casos.
Soy consciente de que tener tres o más hijos en un paíscomo el nuestro con una tasa de fertilidad de 1,32 hijos por mujer (frente al 1,58 del conjunto de la UE)se está convirtiendo en algo realmente raro o atípico.Lo he vivido en primera persona cuando a mí alrededor lo más suave que me han llamado es “loco”, pero en el fondo a muchos no les falta razón. La familia, como institución y piedra angular de una sociedad está siendo simplemente maltratada por nuestros políticos y por las distintas administraciones. Los intentosde conciliación familiar con la vida laboral son simplemente una falacia, y una burda mentira que nos han querido contar en función del momento electoral que toca, y que acto seguido ha sido olvidado en un cajón. Sólo hay que ver las múltiples dificultades que la propia administración pone a quien intenta compaginar una vida familiar con un desarrollo profesional, y el resultado es claramente decepcionante.
Entiendo a la familia como la mejor institución para preservar preservará nuestro futuro y el de nuestros hijos, sin ellos difícilmente lo habrá. En su seno estoy convencido que mis hijos se desarrollarán educacional y emocionalmente de forma idónea para ser felices y tener una vida plena. Pero esta premisa básica a la que una sociedad moderna debe aspirar pasa precisamente por conservar y ayudar al mantenimiento de las familias, y por desgracia nos encontramos con todo lo contrario. El INE prevé que para el presente año 2017 haya más muertos que nacimientos por primera vez desde la guerra civil, el envejecimiento de nuestra sociedad indiscutiblemente afecta al futuro de todos, no solo de nuestros hijos. Según la ONU España en 2030 será el cuarto país con la media de población más mayor (50,1 años), sólo por detrás de Japón (51,5) de todo el mundo. Es indiscutible que algo estamos haciendo mal.
Debemos darnos cuenta pronto de la necesidad de ayudar a lo que verdaderamente importa y no malgastemos tiempo, esfuerzos y recursos en cuestiones que no garantizan el futuro de todos. Yo intentaré transmitírselo a mis hijos.
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