La Tribuna de Nertis

De nuevo la barbarie

Una vez pasadas estas fiestas navideñas, quienes las hemos disfrutado tenemos la obligación moral de rendir un sincero y modesto homenaje a todos aquellos...

Una vez pasadas estas fiestas navideñas, quienes las hemos disfrutado tenemos la obligación moral de rendir un sincero y modesto homenaje a todos aquellos que teniendo la misma intención no han podido conseguirlo. Ciertamente son días de tranquilidad, de paz, de sosiego, de solidaridad. Días que aprovechamos para pasar junto a nuestros familiares y amigos. Días de diversión y de alegría. Días que coinciden con el final de un año y con el comienzo de otro, en los que nos acordamos y alegramos de las cosas buenas y también de las tristes que nos han ocurrido en el año que se va.  Día treinta y uno de diciembre, el último del año, en el que a las doce de la noche despedimos el viejo año y damos la bienvenida al nuevo, reclamando los mejores deseos de paz, salud y prosperidad.

Sin embargo, estos deseos tan simples que se repiten cada año en estas fechas, no fueron posibles para todas esas personas que en Estambul se encontraban en esa sala de fiestas, donde pretendían divertirse despidiendo el año que muere y recibiendo el año que entra. Personas inocentes que sólo aspiraban a pasar un buen rato.

Momento éste elegido por el salvaje terrorista, que no se le ocurre otra cosa queirrumpir en esa sala de fiestas repleta con más de quinientas personas provisto de armas de asalto, y abrir fuego de manera indiscriminada contra la multitud, rompiendo y quebrando así todas las ilusiones de esas personas inocentes que no tenían otro propósito distinto que el del resto del Planeta, es decir, divertirse al lado de familiares y amigos.

Y es que parece increíble que esto pase, que haya individuos que sean capaces de ejecutar tal barbaridad sin más, enarbolando la bandera de no sé qué, porque no hay ni puede haber ningún fundamento que justifique tal atentado. Y lo peor de todo es que lo hacen con el mayor de los descaros y con absoluta impunidad, desestabilizando las estructuras de estado y creando una sobresaliente inseguridad.

Y es que, en mi modesta opinión, la comunidad internacional tiene que reaccionar enérgicamente. No puede quedarse con los brazos cruzados esperando que llegue el próximo atentado. Me consta que tomar medidas efectivas contra esto debe ser muy difícil, pero tengo que tener la esperanza en creer que todo esto es posible, que puede llegar el fin de esta barbarie. Por ello, es fundamental que la comunidad internacional, a través de sus órganos legítimos y con pleno consenso, articule procedimientos que consigan aislar a estos terroristas poniendo así el fin a esta lacra. Vaya por delante mi humilde homenaje a estas víctimas, que podríamos ser cualquiera de nosotros...

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