La desgraciada muerte de Dª Rita Barberá ha puesto sobre la mesa de nuevo el linchamiento que en este país se hace continuamente con la simple imputación. Y es que sinceramente creo que es una lacra de nuestra sociedad la forma en que se está conculcando y violando un principio fundamental de todo Estado de Derecho como es la presunción de inocencia.
Dice el artículo 11 de la Declaración Universal de los Derechos Human que toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en un juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias a su defensa.
No puede ser más claro. Por eso, no entiendo que se impongan pactos según los cuales no se puede seguir en un cargo o en cualquier posición con una simple imputación, y creo que firmarlo es simplemente anticonstitucional. Es verdad que nuestros políticos han hecho que estemos todos preocupados por atajar la corrupción y que cualquier noticia sobre ella sea una arma electoral de primer orden, pero ello debería llevarnos a que losjuicios por esos hechos se instruyeran con mucha más celeridad, se juzgaran con más rapidez si se quiere, se dotaran con muchos más medios. Esto es, a reforzar la Justicia, pero nunca a vulnerar ese pilar básico de todo Estado que se precie. Creo que debemos reflexionar a fondo de una vez y respetar ese principio sin condenar a nadie mientras no se haya probado su culpabilidad en un juicio público.
Y sin que tenga nada que ver con esto, me gustaría compartir un libro que he leído en estos días y que me tiene profundamente admirado. Se trata de la obra titulada Patria, escrita por Fernando Arambaru, que narra la historia de dos familias vascas con estrechos lazos de amistad que se ven atrapadas en el llamada “conflicto”, que hace que una vea al padre asesinado por ETA por negarse a pagar el impuesto revolucionario y otra al hijo convertido en etarra atrapado por la vida en cuadrilla que asfixia a los adolescentes. Como he leído en alguna crítica, es una novela que enlaza con esas otras grandes obras como los episodios nacionales o Guerra y Paz, que preservan para el futuro lo que de verdad se ha vivido.
Nos muestra la bochornosa forma en que se ha venido comportando una sociedad enferma con ese entorno de lucha armada en una sociedad patriarcal, que esperemos sea desechada de una vez. Les recomiendo encarecidamente su lectura.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
