Vivimos otra vez tiempos de resaca postelectoral. Pero es claro que ha ganado el PP, que el PSOE ha obtenido un resultado mejor que el que esperaba pero catastrófico comparado con su historia. Y que Podemos y Ciudadanos se han dado un buen batacazo frente a lo que eran sus expectativas de voto. No puedo dejar de decir que me parecen unos resultados mejores que los anteriores para garantizar la gobernabilidad y, sobre todo, la estabilidad de España. Tendremos que admitir que en este período intermedio ha sido sin duda el Sr. Rajoy el que ha actuado con mayor coherencia y ello ha sido percibido de esa forma por el electorado.
En el caso de Podemos, su vaivenes han hecho que se muestre como un partido con obsesión por tomar el poder desde presupuestos ideológicos que más bien han parecido fruto de una supuesta iluminación que de una profunda base real. Unirse con IU (partido que ha conseguido casi fagocitar cuando su trayectoria aporta una clara base y posición fundamental para la izquierda en nuestro país que esperemos recupere) para después proclamar que son socialdemócratas se ha acercado más bien al ridículo que a ofrecer una capacidad real de gobierno serio. Sin duda Ciudadanos no ha percibido que buena parte de su voto provenía de votantes del PP, descorazonados con ese partido por el incumplimiento de muchas de sus promesas, el trato fiscal a las clases medias y la corrupción. Pero lo que no querían, desde luego, esos votantes era que su voto sirviera para pactar y apuntalar al PSOE y, sencillamente, han retirado su voto al Sr. Rivera. Es el pago por creer que los votos son tuyos y puedes hacer con ellos lo que quieras en lugar de ser consciente y respetar la realidad de donde realmente provienen.
Creo que el PSOE ha hecho en este caso mejor campaña que la anterior, aunque también estoy de acuerdo con la Sra. Díaz en que no le ha beneficiado que se mostrara el enorme deseo de gobernar del Sr. Sánchez, aunque fuera pactando con Podemos. Lo que sí le beneficia son apariciones como la del Sr. González, que desde luego sigue mostrándose un hombre de Estado por encima de, que a muchos nos parece que se pasó en muchas cosas cuando ostentó el poder durante tanto tiempo. Son necesarios políticos nuevos, pero con esa capacidad y esperemos que los que tenemos ahora sean capaces de olvidar sus ansias personales de poder para ofrecernos soluciones que sitúen a España donde le corresponde y generen una nueva ilusión en un país que sigue necesitando ponerse las pilas para no perder el tren que le lleve a ocupar el sito que le corresponde en este complicado mundo.
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