La verdad es que estoy profundamente preocupado por el rumbo que esta tomando España. Los actos de este lunes de toma de posesión evidencian una realidad, cual es que los nuevos dirigentes elegidos obedecen a unas ideas que pueden causar con facilidad la completa desestabilización de este país.
Ojalá me equivoque, pero aparte de algunas cosas ridículas como lo de la alcaldesa de Jerez, las fórmulas empleadas con reiteración para las tomas de posesión ponen simplemente de manifiesto que nos hemos dado por dirigentes a aquellos que parten de no creer en el propio sistema que los ha elegido.
Yo pienso que, o se elimina ese acto del juramento o promesa o hay que exigir que se acate la fórmula establecida. Ha habido juramentos como por “«imperativo legal y para devolver la soberanía al pueblo»,«para exigir la autodeterminación de nuestro pueblo, y proclamar en los ayuntamientos y en todas nuestras instituciones, un Estado catalán libre y soberano», “por la independencia, el socialismo y el feminismo en los países catalanes”, que me parecen un claro desprecio a la obligación de jurar o prometer la Constitución y las leyes. Creo que no debe admitirse tan flagrante incumplimiento de las obligaciones inherentes a los cargos que se van a ocupar, que pone de manifiesto desde el primer día la falta de respeto al Estado de derecho desde el primer día.
Y a todo esto esos nuevos gobernantes hablan de casta, para enterarnos por ejemplo que el flamante alcalde de Cádiz viene de ser liberado sindical para vivir en Cádiz cuando tiene su plaza en Tabernas, y de ahí a la Alcaldía, lo cual a mí me parece la misma casta. O resulta que a las primeras de cambio hay que cesar a un concejal porque se le descubren bromas nada menos que antisemitas y sólo se le cesa para ser titular del área de cultura pero no para que deje de gobernar un distrito y devuelva el acta.
Con ese tipo de actuaciones a mí me parece muy preocupante que ciudades como Madrid, Barcelona o Zaragoza sean gobernadas bajo esas pautas y sólo me queda esperar que una vez asentados en sus respectivos cargos adopten las mejores decisiones y ejerzan el poder con la responsabilidad y seriedad que corresponde a quienes van a tener en sus manos las riendas de la vida diaria de España.
Por eso me pregunto si podemos realmente dar un giro como el que hemos dado y, aunque no lo tengo nada claro, espero errar y que los hechos me demuestren lo contrario.
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