No se puede decir que el Partido Popular se haya llevado un desengaño con Alfonso Candón. Ellos mejor que nadie conocen el paño, porque lo llevan sufriendo desde hace ya muchos años. A todo el que lo quiera escuchar se quejan internamente de que no trabaja lo suficiente, de que mientras otros se hacen kilómetros él se pega la gran vida, de que ni está ni se le espera.
En nuestro Ayuntamiento ya demostró más interés por tomarse la cervecita al medio día, mochila al hombro que, por las obligaciones de la alcaldía, que delegó sin miramientos en Damián Bornes, lo que agradeció a éste apuñalándolo y dejándolo a un lado.
Pero lo que parece haber colmado el vaso de la paciencia del partido es su decisión de trasladarse a Irlanda. ¿Cómo puede el partido presentar un candidato a la Alcaldía que falta a la mayoría de los plenos porque está en Madrid, si ahora además también vive en Irlanda?
Si en el partido le ha sentado como un jarro de agua fría su decisión vital, a él le ha sentado como una patada en el estómago que se haya hecho público su traslado a Irlanda. A este medio ha mandado una carta en la que elípticamente reconoce haber hecho los viajes a Irlanda y donde dice que su traslado no le interesa a nadie.
Pues se equivoca, sr. Candón, los portuenses tienen derecho a conocer que usted es un político que aparece y desaparece del municipio como el Guadiana, y que son otros los que tienen que sacar adelante sus funciones. Es evidente que usted no está en la mayoría de los plenos y en los que está, apenas interviene, lo cual es comprensible porque la oratoria no está entre sus virtudes.
Con su decisión, Candón ha metido en un problema al Partido Popular porque tendrá que tomar una decisión sobre el candidato a la Alcaldía. ¿Aceptará el partido esa dejación de funciones de Candón o le pedirá que se eche a un lado haciéndole promesas que luego el partido casi nunca llega a cumplir?
El problema es que con la salida de Moresco, Candón se comprometió a ser el alcaldable del partido para seguir siendo diputado nacional, y ahora querrá asegurarse el Congreso si renuncia a ser el candidato.
La situación llegó a ridícula en el último comité local en el que Candón dio unas explicaciones que parece ser que no convencieron. Según cuentan, se quejó de que la noticia de su traslado se había filtrado desde dentro. Dijo ser víctima de una caza de brujas, y de que van a por él. Ya se sabe que, en política, los compañeros son muchas veces enemigos, y Candón se estará preguntando a quién beneficia esta filtración para saber con certeza de dónde ha salido.
Para remediar la imagen que se podría estar dando en los ciudadanos, me cuentan que ha contratado a un fotógrafo por un módico precio, para que le haga un publirreportaje por las calles de El Puerto, hablando con los comerciantes y viandantes, para demostrar que sí está en nuestra localidad.
Lo mismo hasta se cambia de color de jersey para que parezca que son días distintos.
Lo cierto es que el vacío de liderazgo del P.P. es un problema.
Por honradez política, Candón debería tomar una decisión, o el partido tomarla por él. Los Portuenses no se merecen ser representados por un señor que no los considera su prioridad.
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