La tribuna de El Puerto

Las cosas de palacio van despacio

El anterior concejal de IU delegado del área se caracterizó por su silencio y sentirse siempre desbordado

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El refranero, rico acervo de la cultura popular, recalca con el dicho “las cosas de palacio van despacio”, dos aspectos contrapuestos. Para unos se trata de una llamada a la prudencia, las cuestiones importantes requieren de su correspondiente maduración en el tiempo.

Para otros, plantea la inexorable lentitud que muestra la administración pública para tratar y resolver los expedientes que le competen. Hoy en día los plazos de los procedimientos administrativos están perfectamente definidos, buscando siempre un equilibrio entre las necesidades temporales de su resolución y el respeto y la garantía de los derechos de los interesados. Cualquier retraso se plantea, pues, como un incumplimiento de la norma.

En El Puerto el refrán podría completarse de esta forma: Las cosas de palacio Valdivieso (Urbanismo) van despacio. Se trata de una cuestión que viene de antiguo, pero que en los últimos tiempos se ha acentuado (esmero desmedido ante temor a futuras consecuencias judiciales; disminución del personal; legislación poco clara e incluso contradictoria,...), sin que los responsables políticos tomen las medidas necesarias.

El anterior concejal de IU delegado del área se caracterizó por su silencio y sentirse siempre desbordado.

El actual del PSOE, nada callado, se empeña en vender lo nimio (la imposición de una multa) y seguir obviando lo que de verdad importa.

En los últimos días han aparecido diversas noticias que tienen como nexo común la posible rehabilitación y puesta en uso del antiguo hospital de San Juan de Dios, ubicado en una zona estratégica por su impacto visual sobre las personas que nos visitan.

Al proyecto ya conocido, desde hace más de tres años, de establecer en el edificio un geriátrico, se ha unido otro relativo a instalar un hotel y un último sobre una iniciativa gastronómica salerosa, ya que el Sr. alcalde ha indicado que tendría relación con la sal. Hasta aquí puedo leer, le ha faltado decir. Quizás no había nada más.

Y así las cosas, con tres iniciativas empresariales que plantean la rehabilitación de un edificio histórico, su puesta en activo con la correspondiente creación de empleo y riqueza para nuestra ciudad y la revalorización de un espacio urbano deprimido, lo único que se propone es: estudiar, analizar, dar voz a la participación ciudadana..., cuestiones loables pero ¿prácticas?. Todos tenemos el recuerdo del IKEA que pudo ser y terminó en Jerez. En definitiva, no se toman decisiones, algo habitual en este gobierno ex de la pancarta y el megáfono, y prevalece el transcurrir del tiempo, “las cosas de palacio...”.

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