La tribuna de El Puerto

Pisar la gallina para no pisar el huevo

Dejémonos de milongas y digamos las cosas por su nombre, basta de tonterías y de voceros que solo son correctos cuando se les da la razón

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Ya está bien, tantas tonterías comienzan a resultar demasiado cargantes. El que incordia no es quien dice o hace las tonterías, sino las “manadas” de lobos, borregos y demás fauna parasita del mundo de los medios de comunicación y las redes sociales, que diligentemente las reproducen una y otra vez.

Ah, y que no se me olvide decir que todo se hace con la mejor de las intenciones, así que calladitos, que el que se mueva no sale en la foto.

Vale que, amparándose en que el público tiene derecho a ser informado, tengamos que aguantar que las noticias de portada (que digo de portada, montones de noticias) se correspondan con informaciones que probablemente nos importen un pimiento.

Vale que, bajo la bandera de lo políticamente correcto, tengamos que aguantar que cualquier indignado u ofendido de turno (y hasta los legalistas de pacotilla) nos repitan hasta la saciedad las cosas que están mal hechas o dichas, cuando muchos de nosotros ya lo pensábamos y decíamos antes de que ellos naciesen.

Vale que, cualquier tertuliano famoso, famosete o conocido, tenga la opinión más acertada o la última palabra en cualquier tema, el que sea, amparándose en lo mismo que los anteriores (ya se sabe, el derecho a ser informado, lo políticamente correcto, etc.).

Pero que también quieran que respetemos las opiniones de quienes son ignorantes, y que además tengamos que aguantar la impertinente soberbia de alguno de ellos. Vaya tela.

Toda persona tiene derecho a soportar tanta ignorancia como su desgana por aprender le permita, por lo que no me rio cuando escucho al jugador de baloncesto Shaquille O’Neill decir que la Tierra es plana.

Pero lo que de verdad me quita las ganas de reírme es ver como una periodista supuestamente consagrada, se comporta de aquella manera en televisión, tirando de su facilidad de palabra para cambiar de tema, ofendiendo al contertulio y de paso atornillando su soberbia. Eso sí que es saber estar.

Para O’Neill, que Colón “mintiese” en lo de ser el primero en llegar a América hace que desconfíe de él, por lo que cuando dijo que la Tierra era redonda también debió de mentir. Lo triste es que él no fue quien lo dijo, en todo caso lo comprobó.

Para la señora Milá, que el panfleto de Hiromi Shinya sea uno de sus libros de cabecera implica que no se le puede criticar, por lo que quien lo haga la está criticando a ella. Lo triste es que tanto el libro como ella son criticables, el libro por su contenido pseudocientífico y ella por su comportamiento.

Dejémonos de milongas y digamos las cosas por su nombre, basta de tonterías y de voceros que solo son correctos cuando se les da la razón. Tengamos cuidado no sea que pisemos a la gallina por no pisar un huevo. Entiéndase que no el de Colón.

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