Cuentan las crónicas no oficiales que cuando el pasado miércoles el cortejo de la Presidenta de la Junta de Andalucía transitó por El Puerto camino de Cádiz, donde esta se iba a reunir con el alcalde, José María González (alias Kichi), se encontraba sobre los despojos de la rotonda de Pozos Dulces la máxima autoridad portuense acompañada de otros cuatro socialistas.
Al paso de la comitiva abrieron sus puños y lanzaron las rosas, aunque resulta difícil discernir si tan ceremonioso y sumiso acto fue del agrado de la insigne ocupante del coche oficial, ya que sus cristales tintados impedían ver el interior.
Habrá que esperar para comprobar si las dádivas de la heredera del cortijo de la Junta llegan a nuestra localidad.
De momento la afinidad ideológica, con un mismo partido político, el PSOE, tanto al frente del gobierno andaluz como en el ayuntamiento del El Puerto, ha permitido que se esté realizando la remodelación del entorno de la Ermita de Santa Clara y que se anuncie, ya en firme y con presupuesto, la licitación de las obras de construcción del centro de salud de la Zona Norte.
Ambas eran dos reivindicaciones constantes de la FLAVE, pero que durante los últimos ocho años en que el gobierno municipal de El Puerto no era afín al de la Junta, esta había venido negando reiteradamente, siendo fiel a su axioma de “todo para el pueblo, pero para el pueblo que nos vote”.
Pues dado que se ha levantado la veda y el veto, nuestro Sr. alcalde no debería perder ni un minuto y, aprovechando que se encarga de turismo, plantear que nuestra ciudad no sea un lugar de tránsito hacia otros municipios, sino un destino para los jerarcas de la Junta, que nos visiten, que vean nuestras necesidades y pongan de su parte para hacer realidad proyectos que llevan lustros demandándose.
Recordemos, tan solo, los que sigue reclamando la FLAVE: una estación intermodal de transportes acorde con una ciudad que quiere hacer del turismo su referencia; unas dependencias judiciales modernas, amplias y cercanas al ciudadano; la conversión de la actual sala de la juventud en una verdadera Casa de y para la Juventud; la recuperación de las urgencias médicas en el centro de salud del Carmen; una remodelación de la Casa de la Cultura que vaya más allá de hacer un jardincito donde antes hubo un espacio escénico; y un plan de rehabilitación de vivienda para el centro histórico que permita volver a llenar de gente este enclave para su efectiva dinamización.
Ninguna de dichas reivindicaciones le es extraña al equipo de gobierno, las llevaba en su programa electoral, que no le coarte la afinidad política, que se aproveche de ella y exija.
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