La tribuna de El Puerto

El Renacido

The Revenant” es el último trabajo de Alejandro González Iñárritu, el nuevo director favorito de Hollywood, que tras triunfar el año pasado con “Birdman” (2014)

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The Revenant” es el último trabajo de Alejandro González Iñárritu, el nuevo director favorito de Hollywood, que tras triunfar el año pasado con “Birdman” (2014), vuelve a repetir su fórmula mágica para narrar una fría historia de venganza, un épico viaje de supervivencia a través de la naturaleza más feroz y desangelada.

El guion adapta a la gran pantalla la novela de Michael Punke, que recoge la historia popular de Hugh Glass (Leonardo DiCaprio), un explorador encargado de guiar a un grupo de tramperos estadounidenses que han sido salvajemente asaltados por una tribu de indios, los “Arikara”. De camino a casa, Glass sufre el brutal ataque de una osa grizzly, quedando malherido. Dos de sus compañeros, interpretados por Tom Hardy y Will Poulter, previendo el inevitable final que le depara, lo abandonan a su suerte y lo dan por muerto, no sin antes asesinar a su hijo mestizo, que se negaba a descuidarle.

Iñárritu parece encomendarse al espectacular trabajo de Emmanuel Lubezki, aclamado director de fotografía, para narrar una historia que podría haber sido (en ocasiones lo es, voy a ser justo) un espeluznante viaje a través de los instintos más primarios del hombre: la búsqueda de venganza, el ansia de supervivencia, el racismo intrínseco y la mezquindad del ser humano; pero que acaba quedándose en la ensangrentada piel de un guion al que, por momentos, se le ven las cicatrices. Iñárritu se empeña en engrandecer cada elemento de la historia para alcanzar la trascendencia en todo momento, y acaba olvidándose del alma de su obra, de transmitir emociones e ideas al espectador, rozando lo fútil en algunas escenas de carácter pretendidamente onírico.

Pese a lo anterior, todo aspecto técnico de la película roza la perfección, y la cámara sabe en todo momento dónde debe estar, quedando capturados, de manera imponente, los paisajes nevados y los fantasmagóricos bosques, ya sea a través de majestuosas panorámicas o de primerísimos planos que nos ilustran y nos definen a los personajes en mayor detalle.

Hay que destacar aquí el excelente uso de grandes angulares y la osadía de rodar exclusivamente con luz natural, lo que dificultó, quizás en demasía, un rodaje marcado por las adversidades. Sin embargo, el resultado acaba siendo extraordinario y embaucador. Los planos secuencia, al menos en las escenas de acción, consiguen su objetivo y el grado de realismo que encontramos en la violencia explícita es atronador cuando surge de la propia madre naturaleza.

La película que parte como favorita en los esperados premios Oscar puede ser la elegida para acabar con la maldición que persigue a DiCaprio, quien, a pesar de realizar un trabajo tremendo y tortuoso, pudo y debió haber ganado el ansiado premio con mayor merecimiento mucho antes.


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