Cuando se escupe hacia arriba es bastante probable que lo escupido te caiga encima. Como también, en muchas ocasiones, si crías cuervos, te sacarán los ojos. El refranero popular es un gran vademécum a la hora de actuar en esta vida.
Y algo así deberán estar pensando ahora los miembros del equipo de Gobierno local. Eso es lo que pasa cuando uno, estando en la oposición, realmente considera que no va a tener que aplicar sus propios discursos y propuestas pero, por inesperada aritmética, toca gobernar.
Y gobernar consiste, entre otras cuestiones, en poner en marcha aquello que le has prometido a los ciudadanos que te han votado.
Por eso, desde que el pasado 13 de junio tomara posesión el nuevo tripartito, raro es el día que no asistimos a un cambio entre lo que dije y lo que digo ahora. El último capítulo lo hemos visto con los sueldos de los consejeros delegados de las empresas municipales.
Un sueldo que fundamentalmente IU, pero también el PSOE y cómo no, los miembros de Levantemos, criticaron mientras ellos no gobernaban y pedían que se eliminasen.
Es curioso que, ahora, una de las primeras medidas efectivas del tripartito haya sido consolidar esos sueldos e incluso, con un ligero aumento.
Si tan en contra estaban de que los consejeros delegados de las empresas municipales tuvieran una pequeña remuneración por su trabajo, no tienen más que aplicarlo. No necesitan ustedes ni referéndum, ni mayoría, ni el apoyo de la oposición, ni reunirse con nadie.
Simplemente en la reunión de la empresa, se lleva el punto a aprobación y lo llevan a cabo. Pero se ve que es más fácil ladrar desde enfrente que actuar desde dentro.
De seguir así, los partidos que integran el tripartito corren el riesgo de llegar a final de mandato estando completamente en contra de su propia actuación en el Gobierno.
Cuanto menos, curioso si también valoramos la virulencia con la que estos partidos y plataformas reclamaban y protestaban en el anterior mandato corporativo.
A ver si, al final, resulta que PSOE, IU y Levantemos terminan gobernando como los anteriores a los que tanto llegaron a criticar. Porque, de momento, llevamos más Diego que digo.
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