La tribuna de El Puerto

El mal del adoctrinamiento

Existe, en algunas mentes, una delgada línea entre educar y adoctrinar. Persiste la idea en muchos, de que los niños han de ser como papá, como mamá, como el profesor, como el amigo o como el hermano.

Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai

Existe, en algunas mentes, una delgada línea entre educar y adoctrinar. Persiste la idea en muchos, de que los niños han de ser como papá, como mamá, como el profesor, como el amigo o como el hermano. Es de todos sabido que cada uno de nosotros es como es desde el momento en que somos concebidos. Hemos de tener en cuenta las diferencias de carácter, de gustos, de preferencias o de opiniones que surgen cuando nos relacionamos.

Además de en las escuelas y en las casas me preocupa también el poder que se le otorga a los gobernantes sobre la educación de un país. Cómo es posible que existan naciones donde se oprime a los pueblos para impedir que saquen su grandeza personal, ese potencial único que cada uno posee.

Me asusta pensar en la potestad que algunos tienen sobre el rumbo de otros. En los ejemplos de adoctrinamiento, a diferentes escalas, en muchos ámbitos de la sociedad y, que lo peor sea, que algunos ni siquiera se den cuenta.

Llevándolo a su máximo exponencial tenemos el ejemplo de Corea del Norte, un país encorsetado que vive en una alerta continúa por enemigos fantasmas. Un lugar donde las libertades quedan ignoradas y desechadas, a un tercer o cuarto plano, por un ser benerado cuál Dios.

Recuerdo historias leídas sobre los habitantes de la Alemania nazi y la Italia de Mussolini. Donde la educación era un factor fundamental que contralar por parte de los dictadores para así manipular. Con la pretensión de crear soldados y mano de obra barata que hicieran el trabajo que le estaba predestinado al pueblo, por precisamente ser eso, pueblo.

Adoctrinar no es tan difícil señores. No permitir que el otro opine, piense, razone, o argumente... son micro-situaciones donde uno ejerce presión sobre lo que el otro piensa. Y eso también es violencia.

Al fin y al cabo el objetivo de toda educación es la de formar personas libres de pensamiento y opinión. Gentes con inquietudes y motivaciones personales y profesionales que reflexionen por ellas mismas sobre la vida que les rodea.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN