La Taberna de los Sabios

Adriano, el andaluz más poderoso

A día de hoy seguimos siendo Roma, en gran parte, gracias a Adriano y es de agradecidos homenajearle

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¿Quiénes han sido los hombres más poderosos nacidos en suelo español? Pues sin duda, Trajano y Adriano, dos de los más grandes emperadores de Roma, dioses para sus contemporáneos, todopoderosos dignatarios de la Roma que aún habita en nosotros. Y ambos son andaluces, sevillanos de Itálica, para más inri. Trajano, apadrinado por Nerva, logró ascender a la cúspide del imperio sin ser romano, pues sus antecedentes familiares eran turdetanos. El imperio se abrió, se hizo cosmopolita con él. Los nacidos en provincias podían ascender a la cúspide del poder, ciudadanos por igual, al menos en teoría.

Trajano fue un emperador guerrero que, tras grandes éxitos en Germania y Dacia, logró llevar las fronteras hasta Partia, en un intento de emular a Alejandro. Ningún romano, ni antes ni después, llegaría a librar batallas en geografías tan lejanas. El Senado, en agradecimiento, lo nombró Optimus Princeps y, al morir, en 117,fue sucedido por su sobrino Adriano, por lo que este año se celebra el mil novecientos aniversario de su ascenso al poder. Y por ello, el Museo Arqueológico de Sevilla acoge una Exposición, titulada Adriano Metamorfosis, en sede compartida con el conjunto arqueológico de Itálica. ¿Por qué Metamorfosis? Pues porque con Adriano nació una nueva Roma, transformándose el paradigma dominante. Roma renunció a la expansión territorial, amuralló sus fronteras y se dedicó a mejorar la vida de los ciudadanos de su vastísimo imperio. Nacía la Pax Romana, que se extendería casi dos siglos, con su consiguiente bienestar y prosperidad. Adriano impulsó la obra pública, la economía y el derecho, pero, sobre todo, puso en valor la diversidad cultural del imperio. Griego en Atenas, egipcio en Tebas, turdetano en Itálica, romano en todos los rincones, el fermento de la diversidad enriqueció la vida cultural del imperio y, probablemente, alargó la vida del imperio mucho más allá del plazo que nadie hubiera podido sospechar. Si su afán hubiera sido el más y más lejos de Trajano, quizá el imperio hubiera saltado por los aires como ya ocurriera con el del gran Alejandro. Trajano, el conquistador; Adriano, el estadista.

Andalucía se reencuentra con su gran emperador a través de la mencionada exposición y de un documental que se emitirá tanto en Canal Sur como en TVE y que se estrenó ayer martes. A día de hoy seguimos siendo Roma, en gran parte, gracias a Adriano y es de agradecidos homenajearle como el andaluz, que fue, más poderoso que vieran los siglos.

También es un aniversario para reivindicar su figura y sacudir cierta leyenda negra que comienza a difuminarla. Las novelas estupendas de Santiago Posteguillo confrontan un Trajano poderoso, osado y noble con un Adriano taimado y traidor. Pudiera ser, quién sabe, aunque no parece probable. Historia en mano, fue Trajano quien lo nombró sucesor con signos evidentes de aprecio a lo largo de su vida. Lo demás es simple leyenda. En todo caso, ambos fueron emperadores portentosos, que elevaron a su cénit al imperio romano y que iniciaron la brillante dinastía de los emperadores de origen hispano.
Sevilla dedicó sendas calles emblemáticas de su casco histórico a los dos emperadores y hoy, con la exposición Adriano Metamorfosis, quiere honrar, ensalzar y dar a conocer a su paisano más ilustre. No lo dude, visítela.  

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